Sin duda, los hombres necesitan que las divas del estrellato muestren más allá del atuendo que una civil debe portar para la (mas...) perturbación... Vestidos translúcidos, pechos explotando en un coordinado interior y piernas en ángulos incitantes, invitando a la fiesta del placer. Labios espesos y fotochop manejado por todo un experto (así, hasta yo provocaría sin el mínimo esfuerzo).
Pero las damas en verdad nos excitamos con la mera actitud, un outfit de gentleman, camisetas, mezclilla (y poca piel al descubierto) y hasta atavios de piratas locos y superhéroes de metal, que dejen fantasear un torso y bíceps pletóricos, mientras sus ojos y cuerpo puedan delatar incendio al menor, cotidiano o cadencioso movimiento.
Señor@s, les dejo un ejemplo de lo que nuestra imaginación nos gratifica con estos dioses del entretenimiento, con quienes y sólo con ellos me entregaría completita a un trío desenfrenado y, luego de la desquiciante contienda, sutileza y elegancia pura en el acto carnal, para después brindar como tres buenos amigos porque se repita una y otra y otra y otra (...) vez, hasta que las anatomías y el deseo aguanten y exploten, al tiempo que se desintegran el mundo y las pieles.
Parece que los mandé a hacer...
¡Yeah, a soñar esta noche de viernes!
Ah, cómo me enloquecen los trigueños, pero guapos, ¿ok?
viernes, 26 de junio de 2009
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