Ayer por la tarde algo hizo que pensara en algunas cosas que difícilmente tienen remedio. Así la muerte total, la muerte a momentos tiene crueles misterios en su procedencia.
Es preciso siempre tomar en cuenta (y nunca olvidarlo) que la mente delira por la boca. Sí, fue un delirio lo que vi en sus ojos y en su voz.
La fragmentación es permanente, nadie está entero, y si creemos que un milagro puede llegar para salvarnos es porque también es parte del delirio. El delirio de amar aunque nos cueste la vida a momentos.
sábado, 30 de mayo de 2009
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1 comentario:
Espero que vos ames de esa manera Púrpura querida.
Una de las cosas más emocionantes de volver a entrar al blog fue encontrar tu mail y el afecto con que lo dejaste. Qué tonta yo, que lo dejé pasar sin saberlo. Por suerte, estamos en contacto de nuevo.
Prometo ponerme al día de a poco con tus entradas anteriores, de todos modos, ya estamos hablando de nuevo.
Un abrazo fuerte,
Merlina.
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