domingo, 27 de diciembre de 2009
Todo con moderación
Muchos dirían que me he adelantado a cumplir los propósitos de nuevo año porque he dejado de fumar como chacuaco desde hace un par de meses. Yo diría que, como hace más o menos 10 años, después de echarme una cajetilla diaria, 'olvidé el encendedor en alguna parte'.
Fue así como fumé un par cada día y después fue meramente social. No vi cabezudos ni enanos morados en el proceso ni fue un propósito obligado. Hoy tampoco. Algo pasa en mi mente que necesita, más que el cuerpo, de algunos elementos que hacen juego con ciertas actividades, como escribir, estar nervioso o perder el tiempo viendo las estrellas.
No se me da eso de la radicalidad. Si al año de 'casada' pensé en 'divorciarme', no fue así, o cuando no soporté la escuela, pasó un buen tiempo antes de dejarla para que mis papás no sintieran tan gacho. Finalmente, lo hice por ellos. Por eso, ahora que he renunciado parcialmente al vicio de la nicotina, defiendo la idea de que si existen los cigarros, igual que el alcohol, es para disponer de ellos, así como los hombres guapos sin tener uno como novio. O sea, to-do-con-mo-de-ra-ción.
Éstas son algunas cosas que han ayudado en mi 'rehabilitación' involuntaria:
1. Regresé a la casa donde nací y: o es la mala ventilación o el respeto que me impone lo que hace que no expulse los humos contaminantes. Llega a desagradarme.
2. Noté un buen rendimiento a la hora (o más, según el caso) de follar. Además, me ha elevado el líbido tanto, que coincide con el tiempo que llevo sin fumar... Ahora que lo pienso y con el adorable y sabroso receptor un tanto cuanto lejos de este mi ganoso cuerpecito... ¿tendré que chingarle duro al cigarro otra vez?
3. Actualmente laboro en el piso 14 y: o tengo que bajar hasta tierra firme (y me da güeva) para fumar o subir a la terraza del 18, pero se me baja la presión por la altura, y si fumo, pos peor.
4. Regularmente me reuno con personas que no fuman como antes lo hacía yo.
5. La gastritis, hombre, la gastritis.
Aunque nunca dije que haya dejado de gustarme. Por eso, hoy fumo cuando se me antoja (esto ocurre cada 15 días aprox) y no pasa de tres pitillos.
Señor@s, es cosa de permitirse y no obligarse o hasta mutilarse.
Creo que estoy volviéndome más chingona que antes.
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2 comentarios:
Ufff. Yo volví esta semana a la casa donde nací y no me impuso respeto alguno. La salud la he mejorado porque bajé unos cuantos kilos en los últimos meses, así que ya me siento mejor. Y la líbido la sigo teniendo intacta a pesar de la nicotina en mi cuerpo. Es más, creo que si la dejo y se cumple lo que vos decís, los hombres correrían peligro estando cerca mío.
O sea, fin de año y cambian las cosas, pero el atado de Marlboro sigue en mi cartera.
Te envidio, colega querida.
Saludos desde Buenos Aires!!!
Merlina
Yo también creo lo último. Un abrazo, Púrpura.
¡Qué bueno leerteeee!
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