
Todo inició cuando noté que aquel blog no me daba esa intimidad punzante y categórica que el presente me otorga. Sin embargo, seguirá activo para los menesteres apropiados (está bonito). Es que las transiciones están cabronas y como que a una se le acaban las migajas a lo largo del camino y, pos lo perdemos. Y mientras lo pensaba, pues no hice nada.
Luego, un buen día, mi querida Akire me notificó que eso de ponerse a dieta de palabras y vivencias no es bueno para la salud. Lo pensé y entendí que eso de tragar 'merde' tampoco es saludable.
Hoy recibí un correo que reafirmó mi interés por volver al mundo bloguero... pero a través de este diario. Reactivo mi h. blog, el de siempre, el que no puedo reemplazar.
Gracias, sublimes mensajeros y defensores de la palabra escrita.
1 comentario:
Púrpura, qué decirte si no que es, en serio, nutritivo para el alma tenerte de nuevo. Se estrañan tus letras, mujer. No nos abandones.
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