martes, 29 de septiembre de 2009

Fuera de casa

El provisional lugar de trabajo.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Gracias

He recibido mi primer cheque después de largos meses de la no reciprocidad salarial. Estoy contenta, y aunque me enteré que el infortunio tocó a mi familia (sin pasar a mayores), creo que este día es digno de recordar por las cosas buenas que llegan merecidamente. El Supremo lo compensa todo.
No he parado de lanzar agradecimientos. Tengo un mundo de amigos que quieren mi bien. Thaks, Lord!!

Bla, bla, bla del nuevo año

Son las 12:46 y faltan, más o menos, 4 horas y minutos para que cumpla los 35. Sí, berrié por primera vez a las 5 y algo de una mañana en el Santa Lucía.
Y no ha dependido en nada la fecha de mi aniversario para que cada día me ocurra algo diferente. Los ciclos se cierran según la emoción o el desgano que le echemos a la vida. No, no son sorpresas ni situaciones inesperadas a la vista de la gente que me rodea. Sin embargo, para mí, es la incertidumbre del tener, no tener y querer tener, la que hace que pueda inhalar nuevos aires cuando ocurren cosas nuevas.
¿Qué de kármico tiene este post, si en anteriores años nunca había escrito una reflexión sobre tal acontecimiento? En los dos años de vida de este diario siempre llegué hasta los primeros cuatro días después del 20, y para ser honesta, el del 2007 fue uno de los cumpleaños más alegres, en un salón de prensa en pleno cono sur, sí, el mero día, casi un mes después de la devastadora ruptura y meses más de la segunda muerte más dolorosa que cualquiera pueda contemplar. Y si continúo mencionando estos dos hechos es porque, en mis treintas, han sido las dos pruebas de sobrevivencia más intensas, sin olvidar el cese en la plenitud de mi carrera...

Hoy, a tanto tiempo de no estar a la altura de cierres agotadores y negociaciones insaciables, estoy a punto de terminar una edición extenuante, en la que solicitaron de mis servicios frilanceros, lidiando con distancias y horarios en los que ya no tenía tanta resistencia, mientras el reloj hace de las suyas y el tabaco también, además de una que otra dolencia que, ay, jijo, me está haciendo ver mi suerte.
Sin embargo, ha sido uno de los regalos más satisfactorios este mes de septiembre, sin dejar de lado la grata experiencia de transmitir en vivo –desde hace cinco meses– cada martes, en la h. estación de radio de mis amores con el amigo de mis amores... Amigos, ay, mis amigos... en los que incluyo a mis hermanos, y uno que otro vicio telenovelero.
Llueve a baldes, y me pongo en calidad de escribiente frente a la pantalla recibiendo mi nuevo año, que se acumula en este costal de huesos, ácidos gástricos y hormonas, las cuales no han estado últimamente en punto de ebullición. Ellas también se cansan.
Hay proyectos, hay libertad, hay seres amados y un gran pendiente inmoviliario en construcción.
Sí, ser feliz es lo que quiero. No más.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Tic, tac, tic, tac (de mis lugares favoritos)...

Fue un 15 de marzo cuando escribí mi primer post. Buenos recuerdos se tituló. Y hablé de una vieja máquina de escribir que se llama Remington negra de casi 20 kilos.
Han pasado más de tres años y no doy crédito de cuántas palabras vertí en este espacio... teorías, tristeza, alegría... Nombres, canciones, gustos y disgustos; belleza, horripilantes creencias, acertadas conveniencias, desconfianza, acuerdos y malos pensamientos... Soledad, compañías... Ah, esas compañías... Sexo, abstinencia... autocomplacencia... mis amigos, mis hermanos, mis padres, la lluvia, la luna... los grillos, hormigas, alacranes... extractos, esencias, adicciones, oraciones... La inspiración y de cuando no la había; del amor y cuando no lo había. Del cine, del soundtrack de mi vida.

Y han pasado tantos días en blanco, pero que en negro o de colores estuvieron en la mente y que por muchas razones no llené en este blog de bello púrpura. Dicen los astrólogos que el púrpura es sinónimo de protección cuando lo vistes. Que el púrpura aullenta las malas vibras, entes malignos, que dañan. Así fue que me atavié de púrpura y poco a poco se fueron las dolencias.

Hoy, a casi dos años de habitar otro espacio llamado casa, revientan las ideas y vuelvo a escribir a conciencia. Pensé: "Falta poco para que deje mi casa... en algo más de un mes...". Me he asignado una tarea: la siguiente semana comenzaré a empacar... pero antes de eso, fumaré, escucharé música, me desvelaré y deleitaré el entorno cuyo propósito fue cumplir un sueño hermoso: pagar mi propia renta, beber mi propio licor en las dosis que creí prudentes para embriagarme, dormir en un colchón a ras de suelo y mirar mis cuadros que enmarcan los muebles que siempre quise tener. Cumplir mis propios horarios y mis nuevas obligaciones, oír mis programas favoritos en la madrugada por la radio y zappear mi propio televisor... Hoy que lo escribo, no doy crédito de cuántas vivencias vertí en este espacio... teorías, tristeza, alegría... Nombres, canciones...

Tic, tac... se acerca la hora. Tic, tac... Fue inevitable dedicar este post a mis dos lugares favoritos... Tic, tac... Aunque sólo uno vendrá conmigo. Tic, tac, tic, tac...

sábado, 12 de septiembre de 2009

Bla, bla, bla...

Hoy me cargo un pinche cólico, que hasta se me cierran los ojitos. Pero tengo que dirigirme a lo que será mi próximo departamento, adaptado en la planta baja de la casa de mis padres. Si me dejan mis hermanos, le haré de constructora luego de lanzarnos a almorzar. Auch, me duele mi panza... pero más me duele que este h. espacio, anteriormente mi lugar favorito para escribir, tenga tanta ausencia de palabras.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Ja, ja, ja...

No mamen, qué cagado.