viernes, 31 de agosto de 2007

NY en el Kodak

2002. Fue la primera vez que asistió a los Oscar... De veras lloré..

Seven days

Para la huerfanita... Besos, negritta.

De poetas



Como épica definen algunos expertos la canción que ocupaba un espacio de 8 minutos 29 segundos en el álbum doble 'Physical Graffiti' de 1975... A poco más de 20 años, la escuché por primera vez, más marrueca, fastuosa, estremecedora y brillante que entonces (1998, claro, es del 'No Quarter')... Va por ti, mataor!

Lamento

Oigo cerca una amigable vocecita dirigiéndose al auricular... "¿Cómo estás?.. Gracias... Y, ¿cuánto fue?.. AAAAUUUCH!!"
Sí sé y sí me interesa, porque es el aullido que cualquier asalariado puede emitir. Quizá fue la defensa de su coche que se estampó contra otro más, el costo de una noche de hospital sin estudios incluidos (de veras se oía mal) o la lista enorme de herramientas escolares de la hermanita, el hijito o el sobrinito, cuyos padres necesitaron de la ayuda de este buen pastor que padece el momento. Pobre muchacho.
Eso me recuerda que hay muchas cosas que pagar la próxima semana. Y habrá muchas cifras que discutir con mi contador de cabecera... y de sillón, de almohada, de mesa... Aarón, tengamos paciencia y no gritemos delante de la niña.

jueves, 30 de agosto de 2007

¡¿Un fantasma?!



Ay, gorda, me espantaste.

Ni pregunto

Bien lejos

Hoy estaba dispuesta a entregarme al teclado y terminar la sección de cine, no voltear atrás y terminar lo pendiente desde las 8:30 de la madrugada. Pero no alcancé el camión de las 7:40, el siguiente tardó mucho en llegar y hubo un tráfico infernal. Ni la chamarra de piel me sirvió de otrora cómoda almohada, se resbalaba en la ventana... como las ganas de hablar de Steve McQueen, de 'El acorazado de Potemkin' y terminar el mentado archivo. Voltear atrás... y recordar el insulso recado en el baúl de los inciensos pidiendo disculpas, "no me aguanto ni yo misma", como huyendo de todo y de nada cuando aún no clareaba... Mientras tanto, repito una y otra vez una de esas canciones que levantan el ánimo, que acallan los indicios de gripa en mi cuerpo y hace que recuerde que no estoy tan perdida, que aún puedo tropezar pero sin causar mal a nadie... Lo siento, de veras.
Hoy estaba dispuesta a ni enterarme de las noticias en el periódico, concentrarme en 'Los cazafantasmas' y en 'Be Cool' y su regordete John Travolta, pero fui tentada a abrir el blog y explicar mi recorrido del breve recado a la oficina. Fue largo e incómodo.
Ahora, sentada frente a la pantalla, escucho una y otra y otra vez esa rola que me grita que me encuentro bien lejos, no obstante que tengo que estar aquí, escribiendo de cine.

miércoles, 29 de agosto de 2007

¡Maldita sea!

Hoy llamé a la casa y no estabas. Por un momento supe que debía esperar unos seis timbrazos y levantarías el auricular, darías un 'ejem' preparatorio y dirías 'bueno' antes de ese 'quiobole, reina' que ahora me rompe las pupilas. Ya sé, ya sé: no estás, maldita sea... ya no estás.

Sírvase, mi Jazz... Buen día

martes, 28 de agosto de 2007

Entre el umbral y la puerta

Ésta no será una reflexión desgarra-ropas, aunque me refiera a la muerte. Sí, la de dos personajes importantes para el 'redondo' mundo del futbol y para el periodismo.

Ayer por la noche en la tele, supe por exclamada expresión aaroniana (un sssssss prolongado, o sea un 'qué mal pedo') que el jugador del Sevilla, Antonio Puerta, había fallecido de un paro cardiaco (el deporte no nos garantiza nada, señores), luego de caer, cual costal, en césped griego a media hora de enfrentar al AEK de Atenas. Sepa la bola... y descanse en paz. Tenía 22 años.
Hoy, por la radio (Educación) supe que murió Francisco Umbral, articulista y escritor madrileño, que en su haber tiene (los escritores son inmortales) un Príncipe de Asturias de las Letras y un Cervantes. Trabajó en El País, El Mundo y Diario 16, en España, fue de los más importantes literatos ibéricos (con más de 80 libros de su autoría) y ya tenía 72 añitos. También paro cardiaco. No tengo ni la más remota idea sobre su inclinación política (aunque siempre hay que saberlo, no vaya ser franquista y luego, pos...), pero sé que fue un arduo columnista y parteaguas en el periodismo actual. Si me descoso en este fragmento es por obvias razones. No sé mucho ni me interesa el pambol.
Entre el misterio (sigue la investigación en el deceso de Puerta) y la resignación (los grandes creadores se van, se van, se van), escribo esto sin más pendientes que dos secciones completas pendientes.
En fin, que los colegas españoles tendrán mucho que cubrir y redactar sobre estos personajes (qué tal las guardias, Manuel, Camila, Ana, si les tocó).
Pero ya juntos en plano celestial, ¿de qué hablarán estos dos ezpañolitoz mientras definen si van con melón o con sandía? Vamos, que el letrado pudo leer algo sobre soccer y saber más de la vida, pero... ¿Puerta se habrá enterado de la existencia de Umbral?
Sólo dos cosas los unían: un corazón traicionero y un apellido que hizo honor al final de sus días. ¡Qué poesía, joder!

Update: Me acabo de enterar que este Umbral fue autodidacta (maravilloso) y poseía una personalidad reveldona desde su niñez (lo expulsaron de la única escuela a la que asistió). Leía como loco, escribió igual, trabajó como botones y fue bohemio empedernido, crítico y entrón... o sea, chingón. De qué cosas se viene enterando una, de veras.

Chata, Gordon...

... Mucho los une. Besos.



Update: Y sigo en la friega.

lunes, 27 de agosto de 2007

Ya no es domingo


Hay buena chinga hoy... Y Aaroncito ha llegado a casa luego de 4 horas de dizque trabajo... qué tal, eh? Eres mi héroe. Ni hablar. Y es que tengo tanto que escribir por acá... Quizá mañana. Por ahora, aviso parroquial: qué buena chinga la de hoy.

viernes, 24 de agosto de 2007

Buen fin de semana

... Donde quiera que estés.

My first mortal love


Recuerdo que era un cassette azul, y el lado B (o lado Negro) ya no tenía calcomanía. Era del gordito. Ángel quizá lo oyó en su momento tantas veces como yo, cuando a su vez, dejó de darle importancia y escuchaba acetatos de Judas Priest y los padres de Eddie. Aunque todas las rolas me las reventaba a diario y a todas horas, dos canciones embelesaron mis oídos con esa voz de terciopelo. Así fue como me enamoré de May. Una de ellas, del lado Blanco: "Some Day One Day", sin menospreciar "She Makes Me", cachondona, con jadeo incluido y todo (¡mi vida!). Brian, mi primer amor... Bueno, después de Súper Can y la Pantera Rosa...



Lo juro...

... Nunca desayuno así, pero hoy no alcancé sandwich de pollo y ya no hay nada en el comedor. Maldito blog...

¡Qué agotador!

Ayer que 'intentamos' ver una muvi, fue devastador, aunque predecible. Y si digo 'intentamos' es porque siempre es un dilema siquiera pisar un complejo monopólico y cinematográfico (yo y mis palabrotas). Pues bien, ¿la lista? Patética. Y otra vez a enumerar (es que así es más fácil la lectura, según Lola www.toquedequeda.net/lola/ o sea Edith, vamos, Mrs. Charlotte... a. k. a. mi jefecita:
1. Ratatouille (bueee, no tan patética, pero prefiero esperar al DVD, no es para tanto)
2.
Transformers (me dolía la cabeza como para oír estruendos en DTS y ver a reverendos desconocidos en el protagonismo humano)
3. Sin reservas (predecibles gangs románticos y la nefasta química entre la Zeta-Jones y
Aaron no sé qué)
4. Los Simpsons (sin comentarios... además ya la vi)
5. Regreso al todopoderoso (¡josú! Y lo que más me purga es Morgan Freeman prestarse para esos 'papelitos')
6. Reyes de las olas (¡¿otra vez pingüinos?! Éste es el año del pingüino, a güevo)
7. Licencia para casarse (ay de aquel que diga que "por Robin Williams se salvó la película")

8. Mr. Brooks (desde que vi a Demi Moore con tremendas arrugas, me dio como asquito siquiera saber de qué trata)
9. Hair Spray, suéltate el pelo (Aarón se cagó de la risa cuando vio a John Travolta caracterizado de mujer... yo me cagué de miedo porque creí que querría verla... "No t'espantes, flaca, namás se ve chistoso")
10. Solos por accidente (a veces creo que el cine también sirve para lavar dinero)
11. Hotel sin salida (en alusión al terror barato y actores que no cobran más de medio millón de dólares por película, o sea, baratos... ¡paren esa masacre, por favor!)
12. El vidente (Cage, su lánguida mirada y su actuación sólo sirven para una cosa: dar lástima a una prostituta altruista y a mí)
13. El búfalo de la noche (ni el mismísimo Zegna limpió esa imagen de chilango pandroso y 'condechi' que Luna muestra en cada una de sus cintas... Ahora agréguenle a Camila Sodi y su forzado empate en este filme, que no nos grita otra cosa más que Guillermo Arriaga es pésimo escritor)
14. Después de la boda (ésta es una cinta danesa y bajo las reglas Dogma 95, que no por eso tendría que verla en gran pantalla... Mejor la veo cómodamente en mi sillón y con un par de chelitas encima)
15. El gran engaño (lejos de un varonil Batman, Keaton ya podría hacerla del Guasón. Pero no por eso no la vería, más bien es por Brendan Fraser y el aburrido triángulo amoroso estadounidense... Sí, Fraser es malísimo y tiene una cartelera peor)
16. Ligeramente embarazada (¿acaso no es Ashton Kutcher el estúpido protagonista? ¿De casualidad no es Linsay Lohan la estúpida 'medioembarazada'? Si no, naaa, es lo mismo)
17. Con licencia para limpiar (gran pareja: Lucy Liu [Ally McBean] y Nicollette Sheridan [Desperate Housewives]... ¡No'mbre, repartazo!)

Qué cansado es 'intentar' ver cine.

jueves, 23 de agosto de 2007

Ya seis años, viejito...

Durante el día, quise saber si por eso me despertaste así a las 4 de la mañana. Pero, ¿para qué preguntaba? Y aunque no acostumbro las rosas (ni las plantas ni los animales, pero Fica es la milagrosa excepción), de ti siempre son maravillosas. Como tus ojos cuando llego a la casa, como el esmero a los detalles, como esa cabeza que maquila desde no sé cuándo no sé qué para quererme y sorprenderme. Eres creativo, no cabe duda, ni tampoco hay duda que los altos mandos siempre caen a tus pies. Agradece que Edith también vive enamorada. Qué chistoso, hace seis años también fue jueves.

miércoles, 22 de agosto de 2007

10 cosas que podrían matarme

1. Un beso de Sting
2. Tres cafés al día
3. Un año sin vacaciones
4. Un fin de semana sin, aunque sea, una cerveza
5. La Fica en picada sobre mí desde un cuarto piso
6. Los ronquidos de Aarón tres noches seguidas
7. No ver a mis amigos
8. 'Ay, amor' de Bola de Nieve
9. Que Andy Summers muera (es que es el más vetarrín y cancelarían el concierto)
10. Que no lean mi blog (under pression!)

martes, 21 de agosto de 2007

Hoy no quiero cantar...

Hay canciones a las que le adjudicamos tanta importancia y significado que, luego de ser el soundtrack de un momento feliz, cuando ya no puede repetirse... ah, cómo duele... Algunas hasta llegan a incomodar. Antes la oías, oías y oías y querías que fuera la única en el iPod, en el iTunes, no importaba qué estuvieras haciendo, sólo deseas 'visualizar' con ella el instante mientras estás en pleno artículo de portada, cocinando, reparando el coche, caminando hacia la chamba, porque está vivo, porque crees que habrá una réplica. Sin embargo, después, tratas de evitarla, la quitas de la lista de favoritas (mas no de tu biblioteca, pues siempre hay madurez para soportarla en un futuro) y, por ende, ya no aparece en la caja portátil. Ni en tu vida por un rato.
Sí, sí, recordar es bello, hasta de eso se aprende... Pero la realidad es necia y nosotros ya no tanto. Trillado, pero es cierto. Es que luego es inevitable llorar en pleno metro, en el camión...

Como quiero evitarla, señores, hoy no hay rolita. Grazie.

10 cosas que amo de un viaje de trabajo

1. Llegar al aeropuerto a las 7 de la mañana y tomar café con pan tostado.
2. Leer el periódico con toooda la calma (siempre faltan como 3 horas para abordar)
3. Molestar por celular y mensajitos a los que aún duermen, con el cuento de 'por si no los vuelvo a ver'...
4. Los personajes que desfilan en las sala de espera (este domingo ¡vi a Chen Kai, Alfredo Palacios y a Ernesto Laguardia!)
5. La ciudad (la que sea, de día o de noche) se ve hermosa desde el cielo
6. La turbulencia (sólo así me agarra el sueño)
7. La arugula que le ponen a todas las comidas
8. Los nuevos amigos
9. 'Sex and the City' en TBS
10. Sus ojos al abrirlos y ver lo que le he traido

10 cosas que odio de un viaje de trabajo

1. El insomnio de viaje
2. Levantarme a las 5
3. Pedir recibos para todo
4. Que el periódico me manche las manos (esto, siempre)
5. El inglés
6. Los niños abordo
7. Mis pies como globos a la media hora de vuelo
8. Por las mañanas (porque no hay vodka)
9. No puedo dormir
10. Desempacar (y separar la ropa sucia de la limpia, además de la crema embarrada y el perfume que se abrió y se desparramó en toda la maleta)

Cuando llegues...

Te recibiré con flores y palabras que hace mucho tenía guardadas para ti. ¿Las flores?, marchitas, pues siempre tardarás demasiado. ¿Las palabras? Bien vivas, y trataré de no aburrirte, aunque sabes qué ha pasado por acá. No sé cuándo ni por qué medio ni por cuánto tiempo, aunque sí con las manos suaves pero fuertes, como cuando te conocí. Te sentarás, pero antes me abrazarás, me besarás, te quedarás en mi mejilla y sollozaré, quedito, para no consternarte, para que no te preocupes y que sepas que estoy bien. La sonrisa viene después, pero mucho después porque no te despegarás de mi cara, mojada de tanto esperar. Cómo te extraño.
Cuánto falta para eso... Yo me hubiera quedado contigo, nada más.
La ventana observa la escena, y la sillita junto a la acacia. "Mira, ésta es mi casa, ¿por qué no te quedas?".

¡¡Precaución!!

Son imperceptibles, pero ahí están. Es como un ser que camina en los rincones de la cocina, se alimenta de las sobras de un buen manjar y creemos que de un pisotón acabamos con el problema. O como el cajón más a la mano de nuestro escritorio que vomita cosas y papeles, que aunque servibles, no se han guardado en un archivero, donde deben estar, y no lo notas, pero llegará el día en que no cabrá nada más.
No hay de otra, señores, hay que limpiar nuestros cuartos, revisar en cada esquina, prevenirnos de una plaga. No hay de otra, hay que crear un archivero pulcramente destinado y desahogar nuestro cajón... Así son las malas relaciones: escurridizas, abotagadas y peligrosamente imperceptibles.

miércoles, 15 de agosto de 2007

"Morena mía"

“Tener el cabello oscuro me ha dado suerte, los hombres me escuchan, me toman más en serio y confían plenamente en lo que sale de mi boca”... Ava Gardner.

martes, 14 de agosto de 2007

Un foco...

Como mucha gente, he tenido aciertos de los que he afianzado mi 'fe', uno de ellos, encender una luz que hace 'seis meses' no prendía. Sí, esos focos que padecen intermitencias y que, al margen de su historia, sólo piden que les den tiempo para funcionar. Qué energía habré emanado esa maravillosa noche de parranda, que encendí una luz que 'ya no prendía'... Señores, no es metáfora, fue un efecto real y físico; sin embargo, me sorprendió. Ese foco es como yo. Sólo espero que siga funcionando.

PD: Amor mío, Alma, Ángel, Jazz, Bere... David, gracias!

viernes, 10 de agosto de 2007

Churros con '...latte'

La primera vez que entré a un Starbucks, pedí un café americano... ¿Tamaño?, me preguntaron, chico, por favor. ¿Chico?, ajá... ¿Cómo? Ah, o sea, alto. ¿Cómo? Éste es el alto. Ah, ok, 'alto'... Qué yo sepa, alto se le dice a un edificio alto, a un hombre alto, un monte que sea alto... O sea, alto = grande, largo. En fin, que después de pasar 'tall' vergüenza por ser una 'old fashion' en eso de tomar un ordinario café, de ese día en adelante prometí comprármelo con su respectiva leche Clavel en el puesto de tamales afuera del metrín.
Sin embargo, volví.
En Nueva York, hacía tanto frío que un Starbucks (frente a otro Starbucks, en contraesquina de un Starbucks, arriba de un Starbucks) era la opción más inmediata. Gracias a esta visita descubrí tres cosas: 1. que soy pésima hablando inglés con los negros (es que son muy guapos, por eso me chivié), 2. que pude tomar café con leche de soya (soy intolerante, también a la lactosa) 3. que el café no parecía café, era una especie de líquido oscuro con gusto a hollín (me imagino que así sabe el hollín).
Con la alegría de saber que en las sucursales mexicanas ya había leche de soya, hubo una cuarta vez (nótese que todo ha tenido su razón, lo juro) y pedí un capuccino con leche de soya. Ahí aprendí dos cosas: 1. que la leche de soya no hace espumita para un capuccino y 2. que, al preferir un café con leche, no se dice 'café con leche', se dice... 'latte'.
Hoy por la mañana, en vista del retardo garrafal para alcanzar el camión que me lleva de Balderas a esta h. editorial (pues de por sí que ya iba retardada, se me olvidó el celular), caminé más despacio y me dispuse a tomármelo con calma... el café con leche... el 'latte' pues.
Entonces, me bajé de la micro antes de llegar al metro y entré a un Starbucks. Quinta visita. Ahora pedí un 'latte' (me dije, voy bien) largo... ¡¿Largo?! Dirás 'alto'... Me lleva, dije en mis adentros, sí, 'alto', perdón. Me permití una burrada más: Oye, ¿podría ser grande mejor? ¿Sí se puede? La chica detrás del mostrador puso cara de 'pos ya qué' y dirigió las indicaciones pertinentes tanto a la máquina registradora (¿así se dice ahora? Soy como John McClaine, estoy peleada con la vanguardia) y a la chica que preparaba mi 'latte'.
En fin, que al llegar al metrín se me antojaron unos churros, que me comí deliciosamente con mi 'latte' del Starbucks.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Qué pena, no soy fan


Me da miedo hablar de cintas que no fueron de mi agrado, por posibles represalias. Sí, de los que creyeron en los creadores mucho antes del estreno y su aburrimiento cuando lean tooodo lo que escribiré, entre otras cosas. Si es así, entonces nunca seré una verdadera crítica de cine. Por ahora sólo juego con las palabras, pero intentaré ser valiente la próxima vez.

Aunque innecesaria (pero un requisito para mí), una 'breve' introducción.

Hasta hace unos años la TV era la mejor oportunidad de realizarse como profesionales del entretenimiento para saltar a la gran pantalla. El objetivo final para muchos de ellos. Sin embargo, los ejemplos que sería casi imposible enumerar, confirman que esta teoría se ha transformado.
Ahora la industria televisiva (la que está bien hecha) es la prueba de fuego más ardiente para equipos completos (actores, escritores, directores, productores y hasta las mismas distribuidoras) para tener el éxito absoluto, es decir, que con ese trabajo (siempre y cuando sea bueno), podrían morir en paz. Sólo algunos: Tarantino y el revuelo causado por su participación en 'CSI' (con esto, su compromiso con la humanidad estaría cumplido); el escritor Drew Goddard y su intervención en seis capítulos de 'Lost' –pues esperemos que no desilucione en el intitulado y enigmáticamente promocionado filme 'J.J. Abrams Project', aka '1-18-08'– y hasta la mismísima y adorada Sarah Jessica Parker en 'Sex and the City', pero tan gris en 'Footloose' (bueno, era apenas una niña), 'La joya de la familia' y 'Soltero en casa' (después de Carrie, la nada).

A lo que voy. Aunque no hubieran probado los licores de la meca, Groening y su equipo podrían morir en paz. ¿Mi opinión? Sobre el esperado capítulo de dos horas de 'Los Simpsons'. Sí, sí, Homero lo advirtió al inicio de la cinta, como advierte una que otra noche que Fox tiene la peor programación de TV y que le encantan las donas. Pero las advertencias son inútiles, sobre todo para los 'fans' de esta familia, sea en la serie, un llavero, un cuadro con la comunidad completa de Springfield y ahora en la película, pues si ésta fue regular, de todos modos ya lo esperaban, pero son fans, o hacen como que nadie los previno y dicen que fue buenísima... porque son fans. Sigamos.

La cosa es que luego de una multitud de fanáticos pero de las premiers (vale madres qué vayan a ver) y de verdaderos seguidores de los Simpson, y la curiosidad a flor de piel, finalmente entramos a la sala. Conté y fueron pocas las veces que reí con ganas y sin ningún compromiso por desquitar el precio del boleto, a pesar de que entendí perfectamente las idioteces a las que estamos acostrumbrados por parte de Homero y las irreverencias de Bart (que esta vez, entraron con calzador) aunque no los vea diariamente ni tenga las 17 (¿ó 18?) temporadas en DVD. Tanto así que fueron aberrantemente predecibles. Chale.

Es más, me queda claro que el objetivo de Matt Groening y su séquito desde el piloto de la historia (mostrado a los ejecutivos días antes del 17 de diciembre del 89) de transgredir y ventilar de manera espontánea a la sociedad no sólo de EU, sino la occidental y consumista (dejen de decir que es sólo gracias a la gringa) es nato. Pero ya han pasado tantos años... En fin, que la inconformidad parte del forzado intento de sus personajes por ser ellos mismos –sobreactuar su propia esencia, digámoslo así–, los desafortunados gangs (no todos, aclaro) y la falta del doblaje original que durante poco más de 15 años les dio un sello especial a los protagonistas –hasta que unos patéticos imitadores se quedaron con la chamba–. En inglés, la serie es divertida, mas no me quedo con ella. Ni hablar, la cinta me pareció una verdadera versión pirata. Así.

Conclusión: no pido que los dobladores anteriores arreglen sus diferencias con la ANDA o no sé quién ni que la mordacidad que todos conocemos se genere en una segunda película... Sólo pido que no haya una segunda película.

NOTA: ¡Ah! ¿La historia? Springfield está en peligro de desaparecer por problemas ambientales. Y ya.

jueves, 2 de agosto de 2007

Día marrón

Y sin hacer alusión precisamente a la letra que tan inspirada canta Luz Casal. Es que este día es el típico día de somnolencia semanal. Entonces, por más que agregué crema a mi café, el color es tan marrón que despertaré sin clemencia. Y pensar que es la dosis pasiva de muchos que rondan la redacción. Ya lo había olvidado.
¿El sabor? Desagradable. ¿El efecto? Prometedor. Ojalá que mi estómago perdone tanta iniquidad, pero el cerebro debe recibir ayuda, como mis ojos (que no quieren abrirse) y mi boca (que no se conserva cerrada [me han dolido las comisuras] por el bostezo incesante y muy incómodo).

Aunque no sabe tan mal... ¡¿Será que he recordado qué bien se siente en mi boca la cafeína en su máxima expresión?!