viernes, 30 de enero de 2009

In memoriam X

Siguen los días serios. En verdad.
Hoy murió Goyo Mondongo, mi bonsai. Vaya nombre para un árbol. El único ser vivo que compartió mi casa día y noche desde el inicio de mi soledad. Y en un día en el que los acontecimientos inminentes se acentuaron en la editorial. Es quincena y muchos cobraron su último sueldo en el h. recinto laboral.

Gente joven y también la que dejó su lozanía en la redacción se despidieron de los compañeros, de sus sillas incómodas y de sus computadoras con coloridos wallpapers. De sus posters y del aire acondicionado inclemente en época de frío. Del café antes de llegar a la oficina y los trajines diarios entre la impresora, staff meetings y días de cierre. Gente que amaba el tecladazo, los shootings, las entrevistas a través del auricular y crear la imagen de cada página de la siguiente edición, mientras el iTunes estuvo en aleatorio.
Hoy me duele la muela con singular frenesí. Y creí que el vodka y un par de desinflamantes calmarían la molestia, pero opté sólo por el medicamento y una taza de leche caliente con 100 gotas de paciflora para invocar la tranquilidad.

... Recuerdo cuando mi padre quedó desempleado; yo era una mocosa. Y el ambiente en la casa no era nada alentador...

Extraño a mi papá, extrañaré a mi Goyo... ¿Será que vendrá el mismo sentimiento cuando pueda ocurrir lo que no quiero ni pensar?

miércoles, 21 de enero de 2009

Días serios

Niéguenlo, pero siempre hay una semana de la mierda cada mes.
Entre las bajas laborales (con una terrible psicosis masiva), enfrentamientos bancarios, estar en proceso del "del olvido al no me acuerdo", sorpresas que ameritaron ir al médico y más bajas laborales, estoy tomando lechita en vez del relajante desarmador. Ya saben, la gastritis. Pero si no hubiera sido por las buenas vibras de la gente que me quiere sin remedio, tendría calambres en el cuerpo. Y esas hicieron que colaborara en un blog de gran carga rockera y cálidos conocedores (donde he tecleado más continuamente que aquí, si habrán notado), y, si bien me va, también participaré de vez en cuando en una revista en la que 'me ven con buenos ojos', escribiendo una sustanciosa columna cultural.

Hay que tomarse la vida en serio, señores, si no nos carga el payaso, ese que Stephen King creó desde su h. escritorio en su amado Maine. Ay, mamita.

Seguimos.

martes, 13 de enero de 2009

Lleno de amor

Es bella esta canción... Sí, soy soñadora pero muy realista... Es que es mi pequeño mundo, y está lleno de amor.
Aplausos. Y no estoy drogada.


Cause I'm caught living in a world filled with love,
so when tear drops fall from me like rain from above,
I can brush my troubles away,
know that deep down inside,
I got sun shining in my life.

lunes, 12 de enero de 2009

"Oh, Dios, es hermoso..."

Todo iba bien: café con leche bien grande, asiento confortable, un 'clic' para mandar la revista a Producción con gran éxito y música stingniana para comenzar bien la semana (verso), sin olvidar los saludos a los amigos y halagos sobre mi saco recién estrenado. Peeero...
Ahí estaba, lo vi de lejos, se encendieron las luces sobre él y un gran torso resaltaba a través de ese jersey negro y ajustado, predominando esos bíceps que, en el pasado, abrazaron con gran ímpetu a esta pobre admiradora que sigue soñando con los mismos. Y recordé esa vena tan azul que surca su brazo izquierdo blanco, muy blanco, la cual descubrí cuando...

'En el pasado', le había dicho que esa prenda le iba muuuy bien; acto seguido, se sonrojó y, sí, me abrazó y me besó por un buen rato.
Esta tarde, luego de ver tan gloriosa efigie a kilómetros de mí (tan lejos y tan cerca), no pude más que golpear mi cabeza contra el teclado y exclamar "ay, dios mío"... Un lamento que al mismo supremo le causó compasión.
Los lentes de contacto se empañaron y de ahí pa'l real: mi mente estuvo en ese cuerpo que muchas veces oprimió el mío. "Es bello, realmente bello", hoy me dije asintiendo cada vez que lo miraba por accidente durante el día. En algunas ocasiones se lo dije y sólo volvía a sonrojarse, al tiempo que exclamaba que era un orgullo que una mujer como yo se lo confesara.
¿Alguna vez volveré a tocar esos brazos sobre ese viril jersey negro? No sé, creo que no, pero de una cosa estoy segura: qué bien se sintió acariciarlos... tan bien como se veía esta nublada tarde de redacción.

domingo, 11 de enero de 2009

Yo, la trombocitopénica idiopática

Buscando resultados sobre un color 'en especial', encontré que 'la púrpura' es una enfermedad. Uy. El nombre del padecimiento es La púrpura trombocitopénica idiopática (además de que esta última palabrita quiere decir "de causa oscura o desconocida", el 'idio' creo que también me concierne), y este es un trastorno de la sangre caracterizado por una disminución anormal del número de plaquetas de la sangre, lo que puede producir moretones con facilidad y hemorragia interna.
Si partimos del hecho de que una de las causas es algún transtorno del sistema inmunológico (y de que yo soy la mismísima púrpura), entonces, soy una terrible amenaza para los mundanos indefensos que, cuando menos me lo espere, desearán sanar, entiéndase 'eliminarme'.
Sí, cada vez me siento más debilitada ante algunos 'remedios' que el infectado debió tomar para excluirme de su cuerpo... Y tendré que ceder, pues soy curable. Snif.

jueves, 8 de enero de 2009

A medias

Las vacaciones pasadas fueron las más caras de mis últimos tiempos. Y eso que me quedé en la ciudad.
Esta semana, luego de 12 días de descanso y desmadre en beneficio de la salud mental, ha sido sádicamente agotadora, y con esta tos de perro (bueno, ¿qué los perros tocen?) se me cae una extremidad en cada espasmo. Y qué decir de las nochecitas con el moco a tope sin poder respirar.
Pero cierta reunión con persona importante regeneró en mucho mi ánimo. Mínimo.

Mañana entrego edición y después, me citaré con excelentes compañeros; y aunque dos integrantes del grupo brillarán por ausencia, se les recordará con un sentido SALUD. Dicho convivio será igualmente restaurador para su mermada y escribiente servidora, con todo y que deberé medirle los hielos al alcohol... O quizá me deje peor.

miércoles, 7 de enero de 2009

Convencida

Alguna vez me imaginé en piyama, tomando café y sentada escribiendo en una laptop (aunque ésta pagada al contado) sobre la mesa del comedor de un departamento rentado, en un segundo piso, y la música animando el momento. Continuamente tenía esta visión, mientras mis espectativas de vida estaban muy lejos de que la escena pudiera ser real. Esto es algo así como un "me gustaría (...) pero está difícil".
Lo que unos le llaman 'ambiciones', para mí son deseos que se han cumplido, a pesar de cierto escepticismo de que pudieran consumarse.
"¿Qué pesa más: la suerte o el talento?", propuso Wody Allen como una de las premisas de Match Point, y la fuerza que tiene el azar en nuestras vidas condensando el concepto.

Aunque me he esforzado en verdad, sé que la suerte me ha aventado a buscar el talento y deseo encontrarlo... Creo que no será tan difícil.

lunes, 5 de enero de 2009

Para avanzar...

Un 22 de septiembre escribí el testimonio de algo verdaderamente sublime, intrépido (como no suelo ser todos los días), pero sublime. Y en ese post Corola dejó un mensaje con una linda premisa que deberé aplicar más temprano que tarde, ahora que es tan necesario para limpiar la vía de ciertos lastres que no me dejan caminar tan plena como antes, cuando el trayecto era directo, sin caminos alternos, confusos e innecesarios, esos que, cuando decido tomarlos, me doy cuenta que me han llevado al mismo lugar, sí, a retroceder:

"A veces hay que abandonar una parte de nosotros mismos para seguir creciendo. Algo así como la poda de los árboles. Dejar atrás algo nuestro nos permite esa ligereza que necesitamos para seguir avanzando..."

Hoy quito lo que me estorba para avanzar. No hay de otra.

Sí...

... Soy una pinche obsesiva del hombre de Newcastle, ¿y?

domingo, 4 de enero de 2009

No me salvé... por ahora

Los escalofríos se encuentran en un grado preocupante. También los estornudos, la somnolencia y la cantidad de flujo nasal.
¿Por qué un día antes de reingresar a las filas laborales? ¿Será que mi cuerpo ha respondido a la inconformidad? ¿Y por qué en la semana de cierre?
El año pasado tuve sólo indicios de gripa, los cuales hicieron que rápidamente detuviera la enfermedad con remedios muy poco ortodoxos, entiéndase Red Bulls, suplementos con altas dosis de vitamina C, entre dos y cinco antigripales en una sola toma y muuucha actitud. Sí, todo al mismo tiempo.
Bueno, pues ya era hora de que el virus visitara este cuerpecito que se resistió a ser uno más de los que padecieron los mocosos estragos el año anterior, porque parece que ahora sí es en serio... Aunque no me doy por vencida y he tomado las medidas que me resultaron exitosamente.
Ni pedo, si ya me dio, a tragar antihistamínicos y andar como idiota sin fumar, sin alcohol y con mucho café en los días venideros. Reshit.

Esa luz

Para algunos, un 'te extraño' resulta contundente, exacto, capaz de destruir cualquier insomnio que amenaza con venir en noches solitarias... Para otros, un simple aviso de que seguimos en la mente de alguien.
Hoy extraño al hombre que, la 'última vez', me dijo que yo poseía una luz que ni siquiera yo había descubierto... y que era mejor que siguiera sin develarlo, mientras describía el significado de la caricia que salva... Imagino que para que continuara así de auténtica, espontánea, y en beneficio de quienes me rodean.
Esta noche encuentro ese destello a través de sus palabras, en las que están en su poesía como regalo de cumpleaños y en la que está en mi cartera; en John Coltrane, Miles Davis, en el requiem que Preisner dedicó a un entrañable amigo. En sus pequeñas sonrisas alrededor de sus ojos, en sus pucheros cuando me pedía "un beso chiquito", advertía, y extendía sus brazos cuando me encontraba en cualquier parte. En el 'te quiero cada día más' que hacía que fluyera a punto del orgasmo en plena oficina sin siquiera él tocarme.
Qué bello es extrañar los memorables momentos que ya no volverán, que se quedarán en los ilustres recuerdos que sirven para no querer más de eso en otras personas, pues lo adquirido es indestructible, irrepetible, con marca registrada, y suficiente para morir en paz.
Y si dije ese 'te extraño' fue sólo para contemplar mi satisfacción de que no hay represión para externar cuánto se quiere sin recibir nada a cambio, porque obtuve más de lo que imaginé: más luz de la que yo pensaba emitir. Me quedo con eso.

Ah, qué rolita...



Ah, qué recuerdos.

viernes, 2 de enero de 2009

"Qué pendeja"

¿Cuántas pendejadas puede cometer una mujer de treintaitantos años en 365 días?
No sé, pero, en mi caso, fueron menos este 2008 que el 07, créanme.
Aunque si las enumero digo "¡ay, güey!", y no precisamente por güey porque me lo advirtieron amigos y familiares. "No te metas en pedos", me dijeron con ese tono algo parecido al que suena en el riguroso "te lo dije", entiéndase con respecto a la gastritis, las deudas, el alcohol, el cigarro, soluciones arrebatadas, confesiones poco inteligentes y resultados de obsesiones y filias que dudo mucho que haga a un lado hasta tener la experiencia necesaria para diluirlas... Pero, ¿cuándo llegará tal grado de enseñanza?, pregúntome yo.
Esto, como preámbulo para lo que NO debo hacer en el año recién nacido.
Y si especifíco quién comete dichos errores y la edad es por esos 'rumores' sobre la calidad de vida que obtiene una mujer cuando llega a la tercera década... entiéndase independencia, madurez corporal, mental (ajá), estatus, respetabilidad y esa invulnerabilidad aparente... También nosotras cometemos pendejadas. Y muchas. Y más si en los lozanos veintes no tuvimos las suficientes vivencias para equilibrar nuestras acciones actuales. Aunque habiéndolas se puede ser más pendeja.
Hoy vienen a mi mente algunas constantes que a muchas de nuestra edad y en adelante (solteras también) nos astillan los sesos, con todo y que no es tan difícil evitarlas... y una falta de respeto a nuestra persona al reincidir.
(Nota aclaratoria: no en todas me incluyo, ¿ok?)

1. Llevar trabajo a casa
2. Comer en el escritorio durante la hora sagrada para ello
3. El uso inadecuado (o nulo) de anticonceptivos, con todo y las horas de terror que pasamos pensando en un posible embarazo en tiempos mozos o ¡por una altísima posibilidad de infecciones atroces!
4. Insistir en que la soledad es la mejor compañía
5. Creer que el hombre correcto es el que nos llega a esta edad
6. Decir 'te amo' cuando lo que sentimos sea todo menos eso, es decir, enculamiento o (está bien) cosas más sublimes, pero no AMOR
7. No decirlo por orgullo
8. Tener sólo hielos, cervezas y un limón en el refrigerador
9. Meter en la cama a tres o más cabrones en una semana (o sea, uno a la vez... aunque en una sola noche y con condoncito, bueh, esas mujeres no son tan pendejas)
10. Dedicarle más tiempo al trabajo y los amigos que a la familia
11. Seguir fingiendo orgasmos
12. Decir que el divorcio es un fracaso
13. Buscar o vivir con un cabrón sólo para que te mantenga
14. Si en la 'feria' nos fue de la chingada, volver a subirse a la montaña rusa a poco tiempo de haber vomitado en el viaje (y no me digan que es "para superarlo"...)
15. No usar cremas antiarrugas
16. Incluir la cerveza y el café en nuestros rigurosos dos litros de agua diarios
17. Rogarle a un cabrón cuando él te ha dicho que NO
18. Perdonar a quien te fue infiel (bueno, yo no lo haría)

¿Hay alguna que se me haya olvidado?

Este cartelito lo encontré por casualidad... Buena referencia, ¿no?