lunes, 31 de mayo de 2010

De la discreción amorosa

No es para menos crear ilusiones cuando una se acurruca en la tranquilidad de una conversación y en el gusto por verse después de mucho tiempo, para después pasar a una "dominguera" faena en el sofá. Y para rematar, una rica noche en la que el aferrarse a mi cuerpo fue su prioridad con abrazos inconcientes. Toda, toda la noche.

Pero el discreto disfrute dura poco, y discretos nos vamos, para regresar igualmente cautelosos y no perturbar más que la cama, el sofá otra vez y la mesa donde se sirvió una elegante cena, con los gozosos azotes del sexo y las palabras ahogadas del "cómo eché de menos todo esto". Lo demás, mejor no recordarlo, porque podemos "volver" a no vernos más.

3 comentarios:

Moxo dijo...

Cuanta elegancia y cadencia...Hace mucho no te leia por aca y si corroboro que solo tu, tu mente y tus manos para tan preciosa y precisa descripción. Paz

Nico Carletti dijo...

Pero tu eres una femme fatal o solamente te lo propones? Besos mujer.

AnoNimouss dijo...

mmmmm.....un burbujeo divertido en mi cabeza!!!!