martes, 10 de abril de 2007

Puertas


A propósito de cierres (por fin terminé la edición de la revista de mayo), vienen a mi mente las bisagras y cerrojos en mi cotidianidad. Muy temprano cierro la puerta de mi cuarto mientras el hombre que amo duerme, la del baño para ducharme, la de mi casa al dirigirme a la oficina... Puertas. ¿Qué resguardamos? Los sueños, el calor, lo que amamos. ¿De qué nos protegemos? De los intrusos, del frío... Hay puertas en la mente, en el cuerpo... en el corazón. Cerrarlas, ¿cuándo y para qué? Conozco amigos que clausuran sus puertas cuando ya tienen suficientes problemas dentro, pero hay huequitos por donde alguien se cuela y es imposible echarlo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bueno que ya cerraste. Uf! Eso de los cierres es catatónico! Cerrar, abrir... recuerdo que un día abrí tooodas mis puertas a un hombre que dejó todo en el depa... menos su corazón. Aún tengo su cepillo de dientes... besitos.

Anónimo dijo...

valen las puertas al más allá???

Anónimo dijo...

el problema es cuando no encontramos la llave para abrir esas puertas y que lo que nos causa daño se vaya de una vez...

Anónimo dijo...

pienso que es mejor cerrar las puertas y mirar por el ojillo, así sabremos quien entra en nuestro corazón.

Anónimo dijo...

Tengo el presentimiento de que alguien se coló y me costará mucho sacarlo. Tengo que hacer algo YA! Luego platicamos? Necesito tu consejo.

Anónimo dijo...

las del más allá... si con las del más acá tenemos. Mundo cruel...

Anónimo dijo...

pero que bello es vivir...

Liliana dijo...

Lasaña: sé a quién te refieres... Tontis. Luego te llamo. Besos.

Anónimo dijo...

HAY VECES QUE ES BUENO HBRIR TODAS NUESTRAS PUERTAS, SEAN BUENAS O MALAS PORQUE NOS PERMITE RECAPITULAR Y APRENDER.