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Es preciso siempre tomar en cuenta (y nunca olvidarlo) que la mente delira por la boca. Sí, fue un delirio lo que vi en sus ojos y en su voz.
La fragmentación es permanente, nadie está entero, y si creemos que un milagro puede llegar para salvarnos es porque también es parte del delirio. El delirio de amar aunque nos cueste la vida a momentos.
1 comentario:
Espero que vos ames de esa manera Púrpura querida.
Una de las cosas más emocionantes de volver a entrar al blog fue encontrar tu mail y el afecto con que lo dejaste. Qué tonta yo, que lo dejé pasar sin saberlo. Por suerte, estamos en contacto de nuevo.
Prometo ponerme al día de a poco con tus entradas anteriores, de todos modos, ya estamos hablando de nuevo.
Un abrazo fuerte,
Merlina.
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