Tengo verdaderos problemas con el alcohol, pues le he visto tan de cerca desde que era adolescente, que lo maldigo cuando excede sus propósitos.
Lo conocí por medio de una persona muy amada; tenía cara de satisfacción –a pesar de uno que otro accidente de riesgos mortales–, reía, lloraba, confesaba y se dormía, para luego despertar con una "cruda de la chingada", me decía, con voz 'aguardientosa' y tallándose los ojos, mientras encendía el motor del auto y yo bajaba de él, luego de velar su sueño etílico. No, la ebria no era yo.
Y después de muchos años de sobresaltos, enojos y tristeza disfrazada de indiferencia, por fin se alejó del ser fraternal... mientras otro camarada le empezó a agarrar el gusto de manera preocupante. Dizque se siente bien, que le aflora la 'inventiva artística'.
Como "cuento peligroso" define mi idolatrado Robert Downey Jr. –bien conocido por sus desmanes adictivos– la 'sublime' teoría de la creatividad cuando estamos a merced de cualquier sustancia que provoque desvaríos nada parecidos al ingenio, esto en entrevista para la revista Penthouse, publicada hoy en El Universal.
Claro que lo he probado y he caído a sus pies muchas veces. Y acepto que su tacto es delicioso, 'sutil', hasta excitante, pero también sé que su venganza es atroz por faltarle al respeto. Como el mar, diría mi Ze of my heart, que no hay que acercarse demasiado, si no te ahogas. Por eso, no me le arrimo mucho ni tan seguido.
En fin, que en estos días de asueto –y buenos pa'l recreo–, y con uno que otro caso de extralimitación como referencia, reflexioné tanto en ello, que no quise desaprovechar la ocasión de reactivar este h. blog. Y, aclaro, bien sobria.
Tengo graves problemas con el alcohol cuando se alza a elevados grados de dominio, y por eso, no le permitiré acercarse, nuevamente, a través de las personas que más quiero. Ya tengo suficiente con mis tantos vicios y manías, como para preocuparme... otra vez. Nones.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
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3 comentarios:
En tiempos pasados me tocó recibir la furia del alcohol. Hoy ya no, porque ahora me acerco a él con honestidad, es decir, no para huir de broncas o por tristeza. La cuestión de si se convierte en un problema en tu vida o no es cómo y por qué quieres recibir sus sutilezas. Pero sí, no es nada recomendable convivir con alcohólicos, son muy destructivos para sí y para los demás. Si lo sabré yo, por eso evito estar permanentemente alejado de mí.
El problema es el exceso... siempre el exceso...
Besos!
Ay Purpurita, entonces se cancela nuestra reunión tantas veces postergada? o sólo correrá cafecito y tabacos?
Bueno, me avisas para no seguir enfriando unas latitas.
Un abrazo
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