jueves, 21 de junio de 2007

Egoísmo 'querido'

La retadora mirada se convirtió en una desorbitada e inolvidable expresión en la cara de Faye Dunaway, al interpretar dignamente a la 'querida' Joan Crawford durante poco más de dos horas en la cinta 'Mamita querida', donde el móvil de una historia excelente (y desafortunada para quienes la rodearon) fue ese aprecio desmedido por sí misma y su despreocupación por los demás. Sí, esa mujer egoísta y diva insufrible que dejó un maravilloso legado fílmico de la industria hollywoodense. Poses perpetuas, inaceptable envejecimiento y la lucha desesperada por ser una leyenda y por la respuesta incondicional de una abnegada jovencita –cuando Crawford le ordenaba frenéticamente– fue lo que llevó a Christina, su hija adoptiva, a escribir su vida con la actriz, esa madre que llevó al límite su histeria espontánea y dulzura repentina. Frank Perry dirigió esta cinta, que originalmente protagonizaría Anne Bancroft (la malévola madre superiora en 'Agnes de Dios'). Una buena opción con ese maravilloso antecedente. Sin embargo, me quedo con Faye y su semblante perturbable en esta producción de 1981 donde, al mismo tiempo, conocí a dos grandes del cine cuando apenas tenía 10 años.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se acuerda que le dije que los hijos es el acto menos egoista que se debe hacer... ahi se lo dejo

Liliana dijo...

Sí lo sabrás tú y todas las madres que merecen serlo, querida Ross...