Hubo un niño con tanta imaginación para salvar un mundo de fantasía...
Me gusta este género, desde ese recuerdo en el que nada era tan importante como ir al cine Cosmos los viernes por la noche o miércoles de 2 x 1.
Gran pantalla, gran salón, preparada para comer palomitas y, si había suerte, un helado de conito. Ni los veloces subtítulos ni mi asimilación 'retardada' hicieron que no entendiera el mensaje incluido en cada estreno... Porque en éste, sentí mucha angustia al ver que un hermoso caballo se hundía en el fango debido a la tristeza... Ahora entiendo qué tan peligrosa puede ser.
Lloré cuando niña. Esta mañana, también... como niña.
En este frío domingo (estamos a 5 grados), con una cobija en la espalda (¡gracias, Bastian!) y un futuro café en el microhondas, me siento confiada al redactar, mientras veo una de mis cintas consentidas.
2 comentarios:
Sabes, también es una de mis favoritas por el fascinante planteamiento de ser la historia y por el come-piedras, jajajaja gran personaje. Besos
me quedé, me quemé... no recuerdo este film... ya lo haré.
Besos!
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