No cabe duda que tooodos llevamos nuestra cruz (por aquello de los días santos). No me considero religiosa, sin embargo, sé que hay una luz divina que da fuerza para cargarla. Hay cruces que parecen cien y hay que conservarse firmes ante las exigencias de este 'sagrado' símbolo, ese que detona debilidades, que requiere sacrificios, vamos, dejar de pensar en uno mismo.
No importan los objetivos, na'más se hacen a un lado por un momento en pos de los demás, mientras ellos se dejan llevar ante esa pequeña fortaleza, y aunque mínima, es lo mejor que tenemos y la que hará entregar cuentas ante ese algo supremo que observa sin decir nada, sólo observa. Ser valientes.
Así, recuerdo una vida plasmada en un gran libro y en películas viejas... esa historia que, ah, cómo da indicios de que fue verdad.
jueves, 20 de marzo de 2008
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3 comentarios:
que felicidad me da leerte.
abrazos.
Y a mí que me visites.
Besotes
SNIF! TU BOCA ESTA LLENA DE SABIDURIA! LO MEJOR DE TODO ES QUE TENER A UN SER HUMANO COMO TU VALE Y VALE MUCHO! ÑOÑA!
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