sábado, 8 de marzo de 2008

Lo que se ama

Rosebud... fue el gran secreto que Orson Welles nos descifró al final de la cinta: un trineo marca Rosebud lleno de recuerdos ardiendo en una enorme chimenea. La última palabra de Charles Foster Kane, el gran magnate del periodismo, antes de morir.
Pero, ¿qué tan cierta fue la conclusión de esta recreación cinematográfica?
Muchos dijeron que es la añoranza de la vida infantil y feliz que tuvo, la inocencia, el sano instinto, la simplicidad. Y aferrarse a ello. Otros, el nombre que le dio a la vagina de la mujer de su vida. El amor de su vida. Y aferrarse a ello. ¿Combinación de ambas versiones? Suena lógico: lo que se ama... consumiéndose en el fuego.
Hoy, que encuentro tanto sentido a las palabras sencillas, recuerdo este filme... Rosebud, Rosebud, Rosebud, Rosebud, Rosebud, Rosebud, Rosebud, Rosebud, Rosebud...

2 comentarios:

Señor Dontaquero dijo...

Me inclino por la interpretación de que significa retomar los tesoros perdidos de la infancia. Hace mil años que vi esa película. Está entre mis pendientes de comprar y disfrutar al máximo. ¿Ya viste Touch of Evil?, con ese siniestro filme noir el gran Welles hizo encabronar a todo el Uncle Sam cinematográfico de su tiempo. En él aparece una Marlene Dietrich envejecida, interpreta a una matrona esotérica de un putero casi fantasmal. Todo sucede en Tijuana. Es una chingonería.

Liliana dijo...

Guau!!! Quiero verla, quiero verla!!
Apunto el nombre... fortuna mía con tus certeros comentarios.