jueves, 6 de marzo de 2008

Ya me toca, ¿no?

Tengo el firme propósito de largarme de la ciudad por un par de días de una rechin... vez. Caray, ya van muchas personas que me han presumido que, o la suave arena les ha servido de terapia purificante o la provincia limpia de humo satisface su vista con sus bellos nativos. Mientras yo, lo más lejos que he llegado es al paradero K del metro Toreo y, les aseguro, no es nada terapéutico... y con usuarios que distan mucho de ser atractivos.
Cómo quiero caminar, observar, probar nuevos sabores y no interactuar con nadie que no sea el mesero, la seño del puesto o el taquillero de un museo. Y no pido mucho, yo con un pueblito (pero que tenga bar) me conformo.
Esperemos que pase la endemoniada Semana Santa y hablaré seriamente con mi jefa... y mi billetera.
¿Una opción?
Este caserío está en Cuetzalan, en Puebla. Dicen que es barato, nubladito y bonachón.

3 comentarios:

Chac dijo...

Consíguete un novio con coche, hazle manita de puerco, te lo llevas a Morelia, Janitzio y demás linduras de Michoacán... es bonito, baras y no está tan lejos.

Si no, pues aplica el acapulcazo en la azotea... jejeje, pero topless!

Liliana dijo...

Ahi'stá la risa escupitona, y sobre todo por lo del novio... ¡¡¡¡JAJAJAJAJA!!!

Escribidora por afición dijo...

Aquí son las inscripciones a las vacaciones???

Yo voooooooooooooy!

Si, eso de Cuetzalan suena bien, que pase pronto la semana santa y que la billetera aguante!

Un abrazote