lunes, 17 de marzo de 2008

¿La antítesis de Otelo?

En divertida plática con la h. hermana mía, salió como chispa traviesa la palabra 'celos'. Y recordando uno que otro evento propicio para detonar el sentimiento, terminamos tan analíticas como buen psicólogo woodyalinesco.
Buen tema, dije yo, y para disipar dudas con respecto a mi persona –aunque sé perfectamente de qué pata cojeo–, en este sencillo test (lo que es no tener nada que hacer) confirmé lo que pienso de dicha inquietud por la persona amada, gustada o afín.
¿Mi resultado?

No eres celosa, pero a veces te pasas de ingenua
Aunque recuerda que nadie es inmune a los celos. Están ahí sin molestar y de repente, atacan. Pero parece que a ti de momento no se te han presentado. Tal vez sea porque no has estado expuesta a situaciones causantes de celos. Eres de las que no creen que los celos sean una expresión del amor. Al revés, para ti el amor es lealtad, confianza e independencia. Posees una elevada dosis de autoestima y por eso consideras que tu pareja, cuando ha elegido estar contigo, es porque no existen motivos para creer que prefiera estar con otra persona. Pero cuidado, no peques de ingenua.

¿Ingenua? Segura.
Pero para que no ocurra, mejor sigo escuchando entretenidas anécdotas y ni me pongo a averiguar si, algún día, los celos 'atacarán' mi sistema nervioso.

NOTA: No está demás diferenciar entre sentir celos y exigir respeto, ¿no?

2 comentarios:

Yo soy aquel dijo...

Así es, no hay inseguridad, si lo sabré yo.

Besos... púrpuras? Gracias, creo que son intensos!!

Ja-ja, broma, pura y absoluta broma.

Anónimo dijo...

Y VOLVEMOS CON LA POLEMICA? POR TU "NOTA" PERO ESTOY DEACUERDO CON LO DEMAS MANTA!