Estoy un tanto preocupada. Por más que quiero justificar tanta rareza en algunos sueños que he tenido últimamente, como que no puedo.
Yo que no paraba de compartir espacio 'inconsciente' con esos dioses del entretenimiento, mientras ofrecían sus más amables cualidades, hace algunas noches no hay otra cosa que muertes, fantasmas y desesperantes letargos, al tiempo que un par de bebés se deslizan de la cama... Sin sentido. Si bien así son algunos sueños, éstos los había 'vivido' cuando cenaba demasiado.
Sería tan bueno recurrir a traductores cada que suceda.
Es que después de soportarlos, uno despierta, primero: sollozando, impactado, inmediatamente después llamas al ser protagónico y, gracias al supremo, sabes que está bien... vivo. Segundo: asustado, agitado, recordando una y otra vez esa puerta que, al mismo tiempo que un grito aterrador pronunció una extraña palabra, te prohibió salir de un cuarto casi conocido. Y tercero: triste, incapaz e insignificante, luego de que alguien te pidió que cuidaras a un indefenso bebé y se te olvidó porque dormiste demasiado. Te levantas, lento, como de haber reaccionado de un desmayo, y lo encuentras al borde de la cama a punto de caer y, aun así, no haces nada, cierras los ojos y al abrirlos, el chico ya está en el suelo, callado, y a un lado, uno más pequeño y desamparadamente desnudo... y no haces nada porque la debilidad te lo impide. Y te vuelves a desmayar.
El estrés, dirán algunos.
Yo digo que... no sé. Pero que ya es muy seguido.
Por eso, sin temer dormir, invocaré a mis superhéroes o, no importa, a Collin Farrel otra vez, y cerraré los ojos para volver a despertar con una sonrisa maliciosa y, satisfecha, iniciar un día más.
Qué buenas son las pesadillas para agudizar la tensión en mi cuello, chingaos...
sábado, 12 de julio de 2008
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2 comentarios:
Eso de los sueños, hay tantas versiones al respecto que honestamente uno ya no sabe a que vaciarle la culpa encima, yo tuve uno rarisimo alguna vez en el que Armando Manzaner (?), hacía de "malo", y me llevaba a una especie de bodega en donde vendían carne humana... jeje; vaya forma de dejar un primer comentario en tu blog; pero bueno, era solo para que supieras que no eres la única con sueños extraños, me gusta el lugar, prometo regresar!
Mmm, puede que sus múltiples composiciones tengan algún mensaje oculto... Como sea, espero con gusto tu próximo comentario, pues éste primero me dice que no estoy sola en el mundo del surrealismo inconsciente... regresa, plisss.
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