Nadie se salva del caos, donde las tragedias se dan una a una sin que nos demos cuenta. No hablaré de específicas categorías porque nunca terminaría. Simplemente, las recuerdo a un año (y durante esos 360 y tantos días), del que poco a poco adopto cordura y ganas para intentar superarlo. Pero, finalmente, qué es el tiempo en sí para un Universo que se cae a pedazos mientras nosotros, tan pequeños y sensibles, recapacitamos en nuestros planeta interior. Sólo desde adentro podemos descubrir las respuestas para vivir mejor y así, ayudar un poco a que los grandes confictos no nos afecten demasiado.
¿El punto? Los que se han ido y los que aún están, pero lejos de nosotros, sabrán comprender que no basta un año ni mil para conformarnos con su ausencia. Pero estamos trabajando para vivir sin ellos.
A esos dos hombres... los extraño y necesito, en verdad.
domingo, 20 de julio de 2008
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2 comentarios:
Cuando el vacío es tan inmenso, tanto que nada lo consuela, vaya desde aquí un abrazo fuerte, no que mitigue porque no es posible, pero sí que contenga y que limpie las lagrimillas que nos rueden mientras miramos hacia una nube gorda que se lleva el recuerdo que duele y nos traiga otro que igual se añore pero sonriendo.
Un abrazo de esos.
Gracias, amiga, gracias.
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