jueves, 30 de octubre de 2008

Iguanas... y muchas vacas

Tengo un pequeño portatoallas en forma de vaca. Ahora está en reparación. Debo comprar pegamento para que siga funcionando.
Mi querida vaquita, además de ser muy útil (la toalla no se ve muy bien que digamos ahí medio colgada en el espejo), es un pequeño homenaje a ese fan de Led Zeppelin y El club de la pelea, que a través de los malos y buenos tiempos ha estado en mi vida por más de una década, paciente, dispuesto. Cabe mencionar que el encantador rumeante tiene una especial traducción entre nosotros.
Pasadito el día de mi cumpleaños recibí un regalo que me es difícil de valuar: enterarme que soy una de las mujeres esenciales en su vida. Y estar muy cerca del nivel de importancia que sus dos pequeñas hijas, bueno, ya es decir.
En fin, que 'ojalá' los vientos del sur (y si los h. profesores morelenses no disponen otra cosa) puedan traerlo otra vez por estos lares defeños... Digo, si logra olvidar las insoportables horas que sufrió sobre los asfaltos congestionados hace unas semanas...
Igual lo extraño, my dear bro.
Vacas, muchas vacas.