La primera vez que entré a un Starbucks, pedí un café americano... ¿Tamaño?, me preguntaron, chico, por favor. ¿Chico?, ajá... ¿Cómo? Ah, o sea, alto. ¿Cómo? Éste es el alto. Ah, ok, 'alto'... Qué yo sepa, alto se le dice a un edificio alto, a un hombre alto, un monte que sea alto... O sea, alto = grande, largo. En fin, que después de pasar 'tall' vergüenza por ser una 'old fashion' en eso de tomar un ordinario café, de ese día en adelante prometí comprármelo con su respectiva leche Clavel en el puesto de tamales afuera del metrín.
Sin embargo, volví.
En Nueva York, hacía tanto frío que un Starbucks (frente a otro Starbucks, en contraesquina de un Starbucks, arriba de un Starbucks) era la opción más inmediata. Gracias a esta visita descubrí tres cosas: 1. que soy pésima hablando inglés con los negros (es que son muy guapos, por eso me chivié), 2. que pude tomar café con leche de soya (soy intolerante, también a la lactosa) 3. que el café no parecía café, era una especie de líquido oscuro con gusto a hollín (me imagino que así sabe el hollín).
Con la alegría de saber que en las sucursales mexicanas ya había leche de soya, hubo una cuarta vez (nótese que todo ha tenido su razón, lo juro) y pedí un capuccino con leche de soya. Ahí aprendí dos cosas: 1. que la leche de soya no hace espumita para un capuccino y 2. que, al preferir un café con leche, no se dice 'café con leche', se dice... 'latte'.
Hoy por la mañana, en vista del retardo garrafal para alcanzar el camión que me lleva de Balderas a esta h. editorial (pues de por sí que ya iba retardada, se me olvidó el celular), caminé más despacio y me dispuse a tomármelo con calma... el café con leche... el 'latte' pues.
Entonces, me bajé de la micro antes de llegar al metro y entré a un Starbucks. Quinta visita. Ahora pedí un 'latte' (me dije, voy bien) largo... ¡¿Largo?! Dirás 'alto'... Me lleva, dije en mis adentros, sí, 'alto', perdón. Me permití una burrada más: Oye, ¿podría ser grande mejor? ¿Sí se puede? La chica detrás del mostrador puso cara de 'pos ya qué' y dirigió las indicaciones pertinentes tanto a la máquina registradora (¿así se dice ahora? Soy como John McClaine, estoy peleada con la vanguardia) y a la chica que preparaba mi 'latte'.
En fin, que al llegar al metrín se me antojaron unos churros, que me comí deliciosamente con mi 'latte' del Starbucks.
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4 comentarios:
jajaja, yo por eso siempre leo los cartelitos antes de ordenar...
Starshett es una mamada, por que ni el café es bueno, esa marca es pura pose. Imaginate que prefiero ir a comer crepas con café con los reyes del mundo.imaginate jajajaja.!!!!!!!
No, pos eso sí está cabrón!!! JAJAJAJA, y de atún!!!
YO POR ESO NO ENTRO EN ANGLICISMOS Y PIDO LAS COSAS COMO SE PIDEN EN MI PAIS, AHUNQUE PONGAN CARA DE HUELEME ESO LAS OBRERAS MIS COMPAÑERAS... BUENO ES UN DECIR, CON BUENAS MANERAS MANQUE SE ENOJEN, QUE ESTAN EN MI RANCHO.
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