domingo, 25 de noviembre de 2007

Llegó

Cómo escribir del tan ansiado suceso sin dar cada detalle. Pero cualquier espacio es poco para narrar los sentimientos y tanta emoción.
Desde la puerta 6 confirmé que estaba corriendo con suerte y que sería uno de los fines de semana más maravillosos de mi vida. Sí, pues no sólo el concierto fue memorable. Increíble. Las horas previas y las posteriores fueron exquisitas, hermosas. Es cierto, los preparativos son lo mejor. Y después, el descanso de un excitante viaje. ¿Detalles? Todos, que guardo en todos lados. En mis manos, mis ojos, mis oídos, los brazos, mi boca, la piel... El metro, los taxis, las calles, un café Intenet, la carne asada, las rutas cortas, las lentas. El peregrinar cansado de tanto gritar... el reproductor de música, mi librería... Mi cuerpo. La mente.
De más está mencionar la cantidad de brincos y locura que ejecuté desde la 'primera llamada', cuando creímos que ya empezaba la 'función'. ¿La hora? Casi las 9 y media, y la más delirante. Como su presencia, el escenario, las nuevas versiones de algunas de las viejas canciones y la gente que coreaba atenta al movimiento y los sonidos, a las luces, a sus palabras en español.
Pero para eso están las crónicas en los periódicos. Hoy me encuentro en casa y está cerrado el changarro. Y para el gran sentimiento que traigo atravesado en el corazón, no hay teclado ni espacio en blanco que lo explique.

Gracias por el fin de semana, que, si desea, será bienvenido otra vez.

3 comentarios:

Jazz_Cacheux dijo...

oOooPSS! Felicidades... mua! Te quiero... muuuucho.

Jazz_Cacheux dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Moxo dijo...

Yeah por esa crónica personal... se repetira pronto, con diferentes circunstancias, pero pronto. vacas.