
Quizá la espera de esa cajita de edición limitada con su respectivo aviso de que es IMPORTADO y que ansiaste tanto tiempo (y ya entregaste un adelanto) o el título que faltaba para completar la colección de películas.
Hace cuatro meses era una espera sin medida. Ahora, a cuatro días del concierto, siento desfallecer. Pero irónicamente, me gustaría la suspención del tiempo, pues esa sensación es una sonrisa permanente hasta cuando estás dormido... Aunque mi gastritis lo agradezca por toda la eternidad...
1 comentario:
A veces cuando te leo, así, permitiéndote el mareo, el nervio y la ansiedad, pienso en Xavier Velasco y "Éste que ves", es una grata analogía. (poniéndome al corriente)
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