Sin duda, platicar con los amigos (con la maravillosa Marla, sobre todo) me hace entender que siempre hay que hablar con ellos antes de cometer una burrada.
Ansiosa por actuar irracionalmente me conecté al chat (casi nunca lo hago), entonces, MILAGRO, la encontré, y en el caos sólo le pedí un poquito de compasión y que me diera una pequeña señal para no caer en el abismo... y se apiadó de mí con sólo decirme "tenemos que vernos para que me platiques"... Y como sé que cuando la vea se me olvidará cualquier idiota idea que haga que corra los más peligrosos riesgos, pues me aliviané y aquí estoy, sin más preocupación que la de saber que sólo tengo dos cigarros sobre la mesa (y con una gran güeva de salir al Oxxo a comprar más).
Además, de la incertidumbre anterior, ni hablar, ya es pasado y no ocurrirá jamás, pues sé que ya no debo dejarme llevar por impulsos, para seguir siendo la mujer más plena, mínimo, del DF.
Soy feliz. Yeah.