Hoy recibí una llamada a través del celular. La perdí porque salí sin él. Vi una lada conocida, mas no las siguientes cifras. Esperé sin apuro. Dije: "a lo mejor es mi bro". A minutos de pensarlo y limpiando la casa, el aparato sonó otra vez. Decidida a exclamar "kiubo, tú", dije el riguroso 'bueno' y contestó una voz que detonó mi sonrisa con signos de admiración. Era Neri.
No recordaba que tenía mi número de celular. Ni tampoco cuándo se lo di. La última vez que lo escuché fue vía teléfono de la oficina a unos días de haber muerto mi padre. Se enteró y lo lamentó. Después, sólo correos. Y muy pocos.
Siempre que lo escuchaba me sentía lozana, chispeante y sutil, pero hoy me reconocí 'madura, sensata y actualizada', a pesar de que sigo siendo 'su chamaca' que le resta la mitad de la edad. Y él, bueno, él es el mismo hombre que guarda el recuerdo hermoso de lo que vivimos. Ese gran tipo que con un 'flaquita' me identificaba.
Y me acuerdo del primer beso... fue ese que nadie me dio en la secu ni en el CCH.
Qué curioso, ahora se oye en el depto de al lado una canción que en ese entonces yo escuchaba continuamente gracias a mi prima que la hacía de roommate. Y más curioso, el vecino la repite una y otra y otra vez.