
Algunos arrebatos han hecho que me sienta insegura de haber actuado correctamente. Aunque no puedo incluir aquellos de los que en regulares ocasiones pensé que caería en ellos, y que intenté evitarlos. Siempre había una razón para que fuera así. ¿Tomé una buena decisión? Aún vivo con incertidumbre.
Viene el 2009, y ahora que siento otro gran desasosiego (que falta un tiempito para acallarlo) sé que la pensaré no dos, sino unas cuatro veces antes de proceder, aunque deba sacrificar.