Duro comienzo de semana, ¿ah? Con un oído madreado y mucho trabajo... again. Es como una prueba de resistencia... Ojalá que con muchos kilómetros por delante.
Y sin darle importancia a la combinación calendaria, recuerden que nuestra suerte seguirá en las manos del chofer del micro, de las cocineras (y proveedores de alimentos, of course) del comedor de la empresa o del taquero (que se las haya lavado), del cajero autómático, que no se clave la tarjeta (y los ratas también) y de nuestras defensas para que no nos agarre una pulmonía cuata con este pinche frío.
Pues deportistas o no, supersticiosos o no, a ver hasta dónde aguantamos. Espero que, mínimo, a los 70 años.
Y para todos los que piensan que la vida es posible (na'más que se hacen) una rolita.
¡Mucha, mucha suerte!
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2 comentarios:
Esa es una rola, un himno, yo qué sé ... lo que entiendo y siento es que yo soy tal cual: bala perdida con siete vidas. Y eso me encanta ser... Púrpura, yo soy de las que creen y apuestan al riesgo de estar. No finjo que ya no quiero... así que: TE QUIERO
Yo a ti, bala de 100 vidas
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