Pocos son los momentos de ñoñez que me asisten en la vida, y éste es uno de ellos... ¿No es un amor?
Él es Knut, un oso que, extrañamente, fue rechazado por su madre cuando nació, además que es el único oso polar que sobrevivió en cautiverio en los últimos 160 años.
Este suceso impactó a Alemania (como al resto del mundo) y lo adoptó casi como hijo pródigo. Hoy es su primer cumpleaños.
(Esa lengua es para la que le hizo el feo, pues ha recibido mucho afecto de los germanos. También de mí). Ya lo quiero. Aplausos.
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5 comentarios:
que cosita!!!preciosisimo.
saludos cielo.
Mi vida!! Besotes!!
Por eso lo rechazo su mamá, por meloso y mamonoso...besos ñoños.
babososo
jajajaja melosa.
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