miércoles, 13 de febrero de 2008

De boleto

Hay un programa en el DF que, si bien medio logra el objetivo, sí orilla a susurrar –como buenos mexicanos– "regaladas hasta las patadas". Con la diferencia que el material proporcionado no es para que te lo lleves a tu casa y presumas que eres todo un intelectual.
Este experimento se llama "Para leer de boleto en el Metro" y consiste en PRESTARNOS a los usuarios libritos con cuentos cortos de reconocidos escritores y periodistas mexicanos (uno que otro extranjero) y así, fomentar la lectura. Los lees y los REGRESAS, para que otros tengamos la misma oportunidad. Pero, ¿qué creen? Los estantes están: vacíos.
Anteriormente TOMÉ PRESTADOS los tomos 6 y 7. Desde José Agustín, Elenita y Germán Dehesa, hasta algunos poetas que yo no conocía. Y ayer TOMÉ PRESTADO el tomo 8. Voy a la mitad.

Les dejo un cuento de Armando Vega Gil, ex botello de Jerez, que me hizo lanzar la risa escupitona entre tanto 'empellón y arrimón'.

Los eXcusados secretos del metro

Hace poco, luego de años de haber sido inaugurado el metro, encontré al fin un baño público en sus instalaciones, caso excepcional, en la parada Chilpancingo. Y ahí llegue a una conclusión poética: "¿Existe algo peor que estarce meando en la estación Balderas en una hora pico? Si, contenerse ahí las ganas de zurrar".
Cuando alguien aguanta y se aguanta a hacer del cuerpo, le vienen unos dolores de parto (con diferencia de que el producto no es un bebé sino una bola de excremento) que suben desde un punto harto frágil del pobrecito ano e invaden el vientre cual patada de judicial.
Sientes las paredes del colon ensancharse hasta quedar como una membranita restirada, a punto del desgarre. Uno cae de rodillas, aprieta el esfínter y gime ¡ay ay ay! entre goterones de sudor frío. Y es que en nuestra moral cristiana es mal visto que uno ande cagando por la vida, más aun si cuelgas de un pasamanos del metro. El dicho "es preferible perder un amigo que un intestino" debía privar por propio bien, pero la moral es la moral.

Así me ocurrió con dos compañeros de la escuela: el Caballo y Dominique. Yo estaba enamorado de ella, y, claro, Domi no me pelaba. Esa mañana quedamos de vernos en la biblioteca, cerca del metro Allende, para hacer una tarea. Yo estaba nerviosísimo, y encima en la víspera, había cenado pozole con harto cacahuazintle, eso sí, descabezado. La inseguridad hizo meterme todavía, entre libros y apuntes, dos bolsas de cacahuates japoneses sabor limón, un boing de a litro, una torta de tamal y un paquete de pasitas aflojatodo. Al rato me sentía recargadito, pero levantarme al baño le hubiera concedido unos segundos al Caballo para darme baje con la chata.
Al salir de la biblio ya me había arrepentido de no obrar, pero mejor aguantarse. La cosa empeoró al bajar por las escaleras de la estación del subterráneo: tenía que caminar como pingüino, aflojando sólo ciertos músculos que atenuaran el dolor pero evitaran la salida del cake.
En el andén el primer gran cólico me dobló por el ombligo. Sudaba entre escalofríos, veía nublado. "Dios mío, ¿qué te pasa?, preguntó Dominique mientras me tomaba por los hombros.
¡Ah!, ésa era su primer manifestación de cariño, pero ni modo que le dijera que me estaba yo cagando. Domi pedía ayuda a gritos cuando, más fuerte, me vino la segunda contracción.
Llegó un policía preguntando qué pasa, y yo sólo farfullaba: "Necesito un baño, ¡un baño por favor!". El poli amenazó con llamar una ambulancia."¡No, un baño!", chillé… y todo por no haber guaters públicos en el méndigo metro. Sé que los chilangos somos bien marranos y dejaríamos los wc vueltos barquillos con todo y cereza, pero esto era de vida o muerte.
Entre mirones ya me sacaban a rastras el tira y el Caballo, y yo insistía ebrio de dolor: "¡Su baño!". "Híjole, joven, es que sólo es para empleados", "¡ándele por favorcito!", y el Caballo le dio un billete azul al agente. "Me van a llamar la atención pero órale". Tras una puerta disimulada en un muro estaba el trono salvador, me dejaron solo e hice la caca mas deliciosa de mi vida. ¡Ah, liberar a keiko! Y salí feliz, recuperado. El poli entró a revisar si no me había inyectado heroína, para sólo encontrase con el denso buqué del pozole.
El Caballo y Domi me fueron a dejar a mi casa y me depositaron en mi camita donde perdí el conocimiento. Al día siguiente mis compañeritos ya eran novios. ¡Chale!, y todo por no haber guaters en el metro.

Un consuelo me queda: cuando el Caballo y Dominique se pongan nostálgicos y acaramelados, sin duda dirán entre suspiros:

-Bebé, ¿te acuerdas del día que nos enamoramos?
-Si, mi vida, fue cuando aquel güey se estaba cagando.

8 comentarios:

dirat dijo...

saludos desde republica dominicana.
Me gusta mucho annie hall, me gustan casi todas de woody. para mi, es un gran maestro de la comedia existencial. es decir, su obra puede verse a nivel de pura entretencion, sin embargo, tienen una lectura mucho mas profunda. todas las peliculas de woody siempre me dejan pensativo. el tipo es un genio.
gracias por saludarme. te estare visitando mas a menudo.

Moxo dijo...

Pobre individuo, aunque sería peor un WC dentro del metro... imagínate el caos. Buena iniciativa eso de los libros, era de esperarse el vacío de los estantes, ya sea por el seguimiento del programa o la inexistencia del concepto "prestado" en este país. Vacas diarreicas.

Mr. G dijo...

Un amor que rozó lo escatológico sin caer en eso. Qué romántico.

Feliz día de ayer ;)
Un beso con flores y bombones.

Chac dijo...

JAJAJAJAJAJA!!!

Ese texto viene del mismo hombre que asegura que los más atascados, cuando ya nada los satisface, se meten varitas de incienso por el ano.

JAJAJAJAJAJA!!!

Chac dijo...

¡Ah! Y que uno de sus piropos guarros es: "Quién fuera mosca de charco para pararse en tu caca..."

Es mi ídolo!

Liliana dijo...

Dirat: Bienvenido y gracias!

Moxo: Ya hay baño en el Metro, ja. Vacas lectoras. BTW, más Nazo, no?

G'fax: Se te extrañó, y munnncho. Y gracias por el paquete sanvalentiniano. Un para ti.

Chac: Ese botello es la neta, jaja. Mua! Ya soy fan.

Anónimo dijo...

gran post.saludos guapa

Liliana dijo...

Te adoro, bonita.
Besos!!!