martes, 19 de febrero de 2008

Tiempo fuera

Escuchar a Dave Brubeck es serle fiel al optimismo aunque éste no sea tu invitado de honor. Dave es como el buen amigo que llama, pregunta si estarás en casa y, sin más, le dices 'sí', porque es imposible negársele. Llega, te da un gran abrazo y no cuestiona cómo estás, sólo sabe que algo te pasa. Y aunque no quisiste recibir a nadie, su presencia te incita a que te quites las lagañas, te laves los dientes y hasta te bañes.
Un día, hurgué en el mueble de los CDs para encontrar algo que amenizara el aseo de la casa sin gran esmero por hacer algo novedoso de mi vida, y nada, sólo encontré sonidos no muy a doc con el estado de ánimo, que iba en detrimento. Pero su Time Out hizo un discreto ademán de 'aquí estoy' y, así, supe que sería un buen día.
Este pianista californiano es también compositor y se ha ganado la confianza hasta de quienes no son tan asiduos al jazz. Es cálido, también romántico y prende las luces que se apagaron en tu cuerpo por falta de energía.
Su música desafía al tiempo: además de ser gran influencia para los contemporáneos, ha llegado a componer melodías en 9/8, como "Blue Rondo à la Turk", bajando melodiosamente a 6/4 en la misma canción... con intermitencias de 9/8 otra vez.
¿Mi favorita? No la hay, todas me gustan. Sólo les digo que por "Take Five" lo conocí y por la serie de Charlie Brown, donde participó con su música. Ya tiene 87 años.
Para mí, Brubeck es pedir tiempo fuera, es como detenerme en la sombrita y tomar un vaso de agua bien fría antes de seguir caminando en un asfalto bueno para cocinar huevos fritos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

LIMPIANDO, BAÑANDOSE, SACANDOSE LOS MOCOS, ETC., ESA MUSICA SIEMPRE ES DE LO MEJOR NO?