martes, 12 de febrero de 2008

Otra de Buñuel

Aún no me he animado a ver Los olvidados, pero qué tal que ayer vi por la tele El bruto, con un portentoso y salvaje Pedro Armendáriz (que parte nueces con el brazo) y Katy Jurado insaciable, dispuesta y en edad de merecer, junto a Andrés Soler con la billetera repleta de lana, que reparte a los gorrones.
Una vez más, el aragonés se desliza por las calles del DF y narra la historia de Pedro, un hombre rudo y de poca cabeza a quien le llaman el 'Bruto', trabaja en el rastro y mantiene a la numerosa familia de su esposa, "que, viera, se puso remaltratada y ya ni me gusta. Un día de éstos me animo y me largo de ahí". Así, don Andrés le pedirá un encargo remunerado para que amedrente a los inquilinos de la vecindad de la que es propietario, para que dejen de 'hacer bulla' porque los quiere lanzar. Mientras Paloma, mujer de don Andrés, manosea al 'Bruto', le hace ojitos y lo incita a hacer de las suyas a escondidas del viejo.
Filmada en 1952, esta cinta guarda semejanzas con Los olvidados que, si no son igual de crudas, sí tan cercanas a la pobreza, las necesidades materiales y de la carne, y los instintos del ser humano, donde el par de puños del 'Bruto', los grandes ojos de Paloma, la ambición de don Andrés y las voces que piden un poco de tolerancia para poder habitar una vivienda que apenas se mantiene en pie, hacen de esta historia apasionante y entrañable, sin duda. Los labios filosos de la mujer consumarán el idilio en el pecho bronco del empleado, quien cumplió con el encargo del viejo y que, de un solo golpe, mató a "un anciano revoltoso". Ahora todos vengarán el hecho. Lo peor está por venir.
En México, la clase trabajadora y pobre es la constante de Buñuel que, no obstante la uniformidad económica, ésta la llena de matices siendo sus protagonistas tan diferentes como lo es el rico con el pobre, como un hombre y la mujer. Como un niño y el adulto.
"Cuando escribíamos el guión fui al rastro a las cuatro de la mañana a ver una matanza de reses y corderos. Hice amistad con los matanceros y hasta fui a tomar pulque con ellos. Uno tenía un cuchillo, pasaba un buey y ¡zaz!, el animal caía muerto, sin que el hombre dejara de hablar conmigo. Daba escalofríos"... Como cuando Pedro le parte la cabeza a uno de los personajes... como si fuera una nuez.
A pesar de su empeño por continuar en su dedicada fotografía urbana, el público no fue tan cálido como quisiera con esta película, rodada en tan sólo 18 días.
Pero el tiempo hace justicia y El bruto, aunque no tan determinate en la historia del cine de oro como Los olvidados, saca lo mejor de sus actores y hasta le tumbó el eterno bigote a Armendáriz.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

feliz semana preciosa,te mando toda la felicidad del mundo!!!
besos cielo.

Señor Dontaquero dijo...

¿Sabías que Buñuel vomitaba sobre la trilogía de "Nosotros los pobres"? Odiaba la visión 'Ismaeleana' de que los pobres son unos ángeles caídos en desgracia, y no unos hijos de puta como todos los que conformamos el rebaño del Señor. Eso lo dijo, textual, en una entrevista. No es peladez mía, jaja.

Liliana dijo...

Guau! Ésa sí que no me la sabía... Pos no está mal la apreciación... Ando gore y estoy de acuerdo. Yeah.

Liliana dijo...

Y yo te mando más felicidad todavía, Mi vida.
Besos!!!