Llegué temprano, eran las 4:30, y me estacioné en una banca que en mis tiempos de tránsito diario nunca noté. Quedamos a las 5. Me asomé a las vitrinas, revisé los titulares, supe que Diana Golden fue alcohólica y que el locutor de La mano peluda ya tiene una revista.
Las 5; regresé a sentarme, el calor calaba pero no me inmuté. Eché un vistazo al armatoste amarillo llamado el Caballito y recordé esos días de aprendiz con dobles turnos, Palacio Chino, las tortas de 'el Cochambres' y el taxi de las dos de la mañana.
Miré a los transeúntes, aunque ninguno era con el que me cité. Pero a las 5:10 lo vi doblar en la esquina de los tacos de carnitas, con paso rápido, camisa blanca, pantalón negro y se veía apuradón. Inconfundible, "sigue igualito". Sin levantarme alcé mi brazo y "ya me vio", sonrió y esperó a que el río de coches lo dejara cruzar. "¡Liliancita!" y un abrazo fuerte, para pasar al Sanborns de reuniones post cierre de café en garrafones, de tabaco en carretadas, de palabras a montones.
"¿Qué ha pasado en 7 años?"... Fue uno por hora y nos faltaron más. Risas, llanto... "Recuerda que a las mujeres lindas lindo les va"; me besó mis manos y la inoportuna lágrima hizo su aparición en pleno metro Hidalgo. Chanclas.
Le dije que para la otra le avisara a Horacio, al Serch, a ver si dentro de un mes. Él se fue dirección Taxqueña, yo debí tomar hacia Cuatro Caminos.
Ah, ese líder, ese poeta, ese cantante y capturista veloz. Me pidió que le editara su novela. "... A las mujeres lindas lindo les va"... Tan sincero y elemental. Recordaré la teoría como una oración... lo prometo, señor Campos.
domingo, 27 de abril de 2008
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2 comentarios:
Claro que si querida, tiene razón ese buen hombre, eres una linda con un corazón lindo y no te puede ir menos que super bien.
Un besote!
También a las mujeres lindas se les dice "gracias" y también... "¿Cuándo nos vamos a echar una chelita, mi Lunita?"
Besos extrañantes.
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