Ayer, cuando logré por fin dormir a las 11 sin mi riguroso somnífero natural (que no tiene nada que ver con las gotitas de valeriana y placiflora... no, tampoco es marihuana) y aguantando el maldito calor, en punto de las 2 con 46, un ejército de hormigas corría por mis brazos, luego por las piernas, para pasar por el vientre y viajar por la espalda. Voltée hacia mi costado derecho, el izquierdo, boca arriba, boca abajo, de cabeza, y mis párpados pesados, pesados, pidiendo paz.
Después de movimientos desesperados, matar hormigas y acariciar esos mis ojitos, que no han tenido vida digna desde hace unos meses, pude quedarme en una posición durante las tres horas siguientes.
¿Hormigas? Creo que fueron alacranes. Usted lo sabrá, don Jaime, usted lo sabrá...
... Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo...
martes, 22 de abril de 2008
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3 comentarios:
Los amorosos, los amorosos...
Suerte esta noche bonita.
PD. Acaso el sedante es un bat de beisbol? Está hecho de madera...
Purpurita: cómo me gustó esta entrada!
Las pocas horas de sueño te pusieron màs talentosa!
Buen día y menos trabajo.
Un besito
Mi niña, pues aprovecharé el insomnio para que me sigas visitando.
Se te extraña.
Dos besos.
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