Bla, bla, bla...

Es verdaderamente difícil vivir con un ojo que aún no se adapta a la nueva graduación del lente de contacto, haber tomado 4 cervezas la noche anterior (ni hablar, no soy la misma) y empezar a teclear sin, siquiera, haberme quitado la chamarra con el auricular en el oído enfermo. Luego hubo una junta. Después compré el desayuno, luego no encontré café, luego sí, bajé a la recepción por unas fotos. Después, por fin me senté.
El viernes comenzó movidón, pero no saldré a media tarde y, después, será algo pasivo. Tendré que esperar en la oficina a que den las 7 para ir a un evento que, la mera verdad, no garantiza del todo diversión. Pero antes tendré que ir al centro comercial a reemplazar una factura que hicieron mal. Maldita N que era M.
Pero mañana es sábado y me han dado la opción de hacer una entrevista, programada para ese día, en otra fecha de mi elección. Lo mejor será que se hará en una tienda de chocolates. Pero con todo y eso, no me hubiera inspirado a levantarme temprano.
Así las cosas, y quizá me lance al cine. No, mejor no, porque se estrena Indiana Jones y habrá un madral de gente. Me espero.
Fin... y buen fin.