Hay de soledades a soledades. Las que se disfrutan, en las que se medita, las que engrandecen y nos ayudan a entender... Pero hay una soledad que "es como el dolor físico, que duele en todo el cuerpo", como diría Billy Hayes en la inhospita Turquía.
Que tu soledad sea la que repare y enriquezca. Allá, en el sur, donde hay algo bueno para ti desde hace mucho tiempo.
No dejes que te duela.