![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEkSPFzQJCMvB9pNNx2DgQrXlcPAHyeyZoF-ddkflATdtJUj5CP_-MsAuQV046EqZ29Bi4cv23Jejwsjqybxw60yQtXRhvB8OXLSGONXEuYZKlDVOSPU5GHDcezWJ31twQzg9RH-E5VWY/s320/n914.jpg)
Algo me decía que ya conocía esta historia. Luego de escribir algunas reseñas y echar vistazos al recuerdo, mi sister confirmó mi sospecha la semana pasada (yo, la ignorante, perdón):
The Last Man on Earth (1964, con el master Vincent Price) y
The Omega Man (1971, con el otrora sabrosísimo Charlton Heston) precedieron a la cinta del ahora sabrosísimo Will Smith. Toooodas, adaptadas de la novela
I Am Legend.
La distancia es grande entre las dos primeras y
Soy leyenda, no así entre las antecesoras, realizadas con pocos años de diferencia. Y el tiempo arrasa con lo que se ponga enfrente. Efectos especiales, escenarios, peinados a go go y demás.
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La primera fue la más acertada versión y fiel a la novela, pues el factor descriptivo enaltece la lectura. Recuerdo esa rutina del pobre Robert, en la que tenía que 'limpiar' el paso de cadáveres, echándolos en una fosa común.
La segunda: Guerra fría, China, la URSS y, dicen, no tan apegada a la novela (la vi, pero hace mucho, mucho).
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De la recién estrenada (gracias,
moxo, por la primicia) se habla muy bien (envuelta excelsamente de tecnología del nuevo siglo).
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El tiempo hace la diferencia, sin embargo, la historia es lo que cuenta. Y, por supuesto, la actuación, con todo y que en este género puede pasar a segundo término... Aunque a Price, ni a los talones.
Veremos.
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