Me sorprende la 'hiperactividad' de algunos varones. Su elocuencia y cerebro ágil con el que esperan el momento para que aflore la personalidad, por ejemplo, mmm, en tecnología o cultura popular. Conocimientos que les da cierto aire de contemporaneidad que hasta hace que los vea guapos... aunque hablen de Blade Runner o sean unos geeks de la shit.
Lenguaje fluido, locuaz y hasta humorístico, con una que otra palabrota y cierto desdén que los despoja de simpleza, sin tildar en lo soberbio. Y la rapidez con que funcionan: es como apretar un botón y ya te aventaron 38 datos no tan básicos de historia general en una de las pláticas de sobremesa. Siempre leyendo, siempre buscando y observando, siempre preguntando, hasta de tu vida personal, y consumista hasta su madre. Yo conozco a uno y me cago de risa con tan sólo verlo pasar.
Tiene apenas 33 ó 34, toma café como enfermo y fuma como desesperado. Hasta lo he visto borracho. Interesante criatura del señor. Es de los hombres que basta mirarlos, escucharlos y te diviertes mientras aprendes. Sí, como esas series para niños preescolares, como Barney o Dora la Exploradora, pero para grandes. Es de los sujetos de quienes todo el mundo habla (en este instante alguien pasa, me saluda y le dice a otro: "ese hombre es un patán"). También parece patán.
En fin, que es muy fácil sobrevivir con tipos como él a la jornada de 12 horas en esta h. editorial.
miércoles, 16 de enero de 2008
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