jueves, 17 de enero de 2008

De composturas

Y entre que llegué a las 4 de la tarde, me senté y esperé dos horas, además de que cabeceé como en misa mientras que a dos pacientes les taladraban el cerebro por medio de una muela, ahora hablo de lado, pero no cabe duda que la anestesia es increíble, las junjuneadas entre hueso y encia fueron menos dolorosas que la desnucada que tuve de la aburrida antes de entrar.
Debí haber ido al dentista desde hace una semana, sin embargo, o no había tiempo o 'desesperé en la espera', concluyendo que regresaría en otra ocasión. Hoy fue el día. No estuvo tan mal. El zumbido aterrador del taladro no fue lo que hace años, que con sólo escucharlo desde la salita, exclamábamos "pobre cristiano", temblando porque seríamos los próximos creyentes.
Al tiempo que me hacían las respectivas composturas de un diente despostillado y una muela destapada, Enrique de Martino hacía de las suyas en la televisión (antes había una cinta de Hugo Stiglitz). Fue extraño pero ameno y después se convirtió en divertido. Comúnmente escuchamos a Ray Conniff mientras el doc nos indica que escupamos y volvamos a decir 'A'. Esta vez, hasta me advirtió en plena curación que no me riera, si no, que apagaba el televisor y ya no veríamos El Maleficio.
Listo. En 45 minutos ya estaba restaurada, y aunque no hubo paleta de menta, hicimos buenas migas, porque resultó ser amigo de una compañera de la editorial. "A'i se la saludo, doc... y nos vemos la semana que'ntra". 'Aún hay más'. Pero, qué tiene, espero que vuelva a tener sintonizado el canal de las películas que amenizan.

En estos momentos mejor escribo, porque todavía hablo de lado.

2 comentarios:

Escribidora por afición dijo...

Tengo una suerte bárbara, mi dentista Amado, que no mi amado dentista tiene unas manos... ejem... tiene unas manos muy habilidosas y por más que me jalonea, inyecta y taladra, con nada pago que saliendo de ahí pueda volver a comer manzanas con caramelo, medio litro de nieve de mandarina y dulces de tamarindo con chilito... me voy porque se me antojó!

Qué buen invento eso del dentista!
Un besito

Liliana dijo...

Pos presenta, no? Je... este... besos.